lunes, 10 de junio de 2013

Las falsas promesas de los falsos sanadores

Avril es una niña rosarina de 4 años que desde hace 11 meses se encuentra en estado de coma. Si bien los médicos de los varios hospitales de Rosario y Buenos Aires por los que pasó no tienen en claro cuál es la causa, el Padre Ignacio se tomó la libertad de decirles a sus padres “Quédense tranquilos, Avril va a despertar”.

Hoy los medios locales y nacionales se ocupan del debate sobre hasta dónde debe llegar la esperanza, hasta cuándo vale la pena esperar antes de tomar la terrible decisión de desconectar a un ser querido de los aparatos de soporte vital. Y es que hace mucho que Argentina se debe un debate como corresponde sobre la eutanasia y el derecho a una muerte digna.

Pero, por mi parte, este caso me lleva también a pensar en cómo cualquiera puede decir cualquier cosa si lleva puesto un cuello clerical. ¿Qué le da a Ignacio Peries el derecho de afirmar con toda confianza que esa niña va a estar bien? Porque una cosa es una palabra de apoyo, un deseo positivo por parte de familiares, amigos, conocidos o simplemente gente que le desea lo mejor a esta familia, y otra muy distinta es la afirmación concreta y tajante de parte de alguien que asegura tener un contacto directo con ese ser mitológico todopoderoso cuyos seguidores llaman Dios. Si Peries asegura que la nena se va a despertar, a los oídos de sus padres suena como a “Dios me lo dijo”, o “yo lo sé porque conozco los designios de Dios” o algo así. Dar falsas esperanzas de esa forma es, lisa y llanamente, cruel.
 
Ignacio y sus famosas "sanaciones"
Sin duda todos deseamos que Avril se recupere y su familia se olvide lo más pronto posible de toda esta odisea, pero ¿qué pasaría si tal cosa no llega a suceder? ¿En qué quedarían las palabras del sacerdote? En nada, porque cuando los que hacen profecías aciertan son “seres de luz que nos manda Dios” o cosas así, pero cuando la bola de cristal les falla nadie les reclama nada.

¿Qué periodista se arriesgaría a desafiar a los muchos miles de fans del Padre Ignacio haciéndole alguna pregunta incómoda como, por ejemplo: “si es cierto que tiene un “don” o que es un “instrumento de Dios”, porqué no se acerca a despertarla usted mismo”? Seguramente ninguno; al Padre Ignacio no se le discute ni se lo cuestiona.

2 comentarios:

  1. Quedaría en que "Dios así lo quiso", o la siempre infalible "Dios trabaja de maneras misteriosas". Los creyentes salen "ganando" pase lo que pase, porque para ellos la voluntad de su dios es incomprensible e incuestionable, con lo cual nunca pueden estar del todo "equivocados".

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    1. Sí, esas salidas también son típicas. Igualmente no me molesta tanto lo que digan los que creen como lo que dicen los líderes religiosos, los representantes de las religiones, que son los que tienen un micrófono adelante. Ignacio tiene mucho público y usa el micrófono para seguir difundiendo el misticismo. ¡Cuánta gente va a verlo esperando mágicamente curarse, conseguir trabajo, etc!
      Gracias por el comentario!

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