No
deja de sorprenderme que en un tema que debería ser exclusivamente
médico, haya gente que siga tomando como referencia y citando como
válidas hasta el día de hoy las
conclusiones de dos filósofos que vivieron hace casi mil y dos mil años respectivamente. Es uno de los infinitos casos en los
que la religión obnubila el juicio, ya que estoy seguro de que en cualquier otro caso no ligado a costumbres religiosas, esto sonaría imposible. Analicemos lo
que cada uno tenía para decir sobre este asunto.
En Sobre las leyes particulares I, el filósofo judío Filón de Alejandría
(20 a.C. - 50 d.C.) analizaba las leyes especiales, aquellas de menor
importancia que los diez mandamientos, y comenzaba por aquella que "para
la mayoría de la gente es objeto de burla": la circuncisión. Después de
ensalzar la sabiduría
de los egipcios y recurrir al poco científico (bueno, Filón no lo era,
era filósofo) "por algo ellos lo hacen", enumera las que él consideraba
que eran las seis razones fundamentales para realizar esta práctica
[entre corchetes, mis comentarios]:
Estas son, pues, las razones llegadas a nuestros oídos, concebidas en tiempos remotos, por hombres divinamente inspirados, prolijos investigadores de las leyes de Moisés. Yo, por mi parte, considero que a lo dicho hay que agregar que la circuncisión es el símbolo de dos cosas fundamentales:
- Una es asegurarse para no contraer la grave y casi incurable enfermedad del prepucio llamada ántrax, nombre que se debe, según creo, al ardor de inflamación a que están más predispuestos los que conservan el prepucio. [En griego, ántrax significa carbón o brasa. En efecto, eliminar el prepucio disminuye el riesgo de ardorosas infecciones casi a cero. Hace dos mil o tres mil años, esto debe haber sido una gran ventaja.]
- La segunda es la limpieza de todo el cuerpo en vista de que ello es lo que corresponde al orden sagrado. Conforme con esto los sacerdotes egipcios, excediéndose en tal cuidado, se afeitan sus cuerpos. Es que tanto en los pelos como en el prepucio se acumulan y brotan sustancias de las que es preciso purificarse. [Si sacamos lo del "orden sagrado", es cierto que bajo el prepucio se pueden acumular gérmenes. Hoy en día, salvo en casos excepcionales, una buena higiene diaria lo soluciona.]
- La tercera es asimilar el miembro circuncidado al corazón. Como ambos están preparados para la generación; la fuerza espiritual interna del corazón, para la generación de pensamientos; el órgano genital, para la de seres vivientes; los primeros hombres consideraron que el elemento patente y visible, natural engendrador de los seres sensibles, debe ser asimilado al invisible y superior mediante el cual se constituyen las cosas aprehensibles por la inteligencia. [La teoría de que el corazón es la sede de la razón proviene del estoicismo. Más allá de eso, la idea de cortar el prepucio para que el pene se parezca al corazón, porque uno genera vida y el otro pensamientos, hoy suena totalmente ridícula y es una especie de magia simpática.]
- La cuarta razón, que es la de más peso, es la preparación para una gran fecundidad. Se dice, en efecto, que el semen fluye libremente, sin desparramarse ni derramarse entre los pliegues del prepucio. De donde resulta que las naciones que practican la circuncisión son, al parecer, las más prolíficas y populosas. [Si el prepucio se desprende correctamente del glande durante la erección y el acto sexual, el semen no tiene porqué "desparramarse ni derramarse" entre sus pliegues. Si esto no es así (una patología llamada fimosis), se lo puede desprender de forma quirúrgica o circuncidar definitivamente. De todas formas, difícilmente esto influya en la prolificidad de todo un pueblo.]
- (5). Una es la extirpación de los placeres, que ofuscan la inteligencia. En efecto, como entre los atractivos del placer a todos supera la unión sexual del hombre y la mujer, pareció bien a los legisladores el corte en el órgano que sirve para esa relación, simbolizando en la circuncisión la extirpación del placer excesivo y superfluo; y no de un placer solo, sino también de todos los otros, representados por el más violento de ellos. [Acá las fuentes son muy variadas; están los que dicen que la circuncisión no afecta el placer y los que dicen que sí. Pero la observación de Filón apunta a que este sería un buen motivo para hacerlo, una ventaja, y en esto estoy en desacuerdo con él. Eliminar o disminuir el placer sexual no es una buena razón para extirpar el prepucio.]
- (6). La otra es la necesidad que tiene el hombre de conocerse a sí mismo y de extirpar de su alma la grave enfermedad del orgullo. [...]" [Claro, cortemos el prepucio para no mirarnos el pene orgullosos. Y ya que está, la nariz y una oreja, ¿no?]
En su Guía de los perplejos, el filósofo, médico, rabino y teólogo judío Maimónides (1135-1204) da sus propias razones, que aquí reproduzco (la traducción no es necesariamente textual, a fin de sintetizar):
- Así como la intención de la Ley es que el hombre sea gentil, dócil, responsable y obediente, el objetivo de la circuncisión es disminuir la actividad sexual y debilitar el órgano en cuestión, para reducir esta actividad y que el órgano reproductor esté lo más quieto posible y el hombre sea moderado. [Ídem punto 5 de Filón. Además, ¿quitar el prepucio para hacer más dócil al hombre disminuyendo su actividad sexual? Espero que esta explicación no se use en la actualidad...]
- El dolor corporal producido a ese miembro es exactamente lo que se busca con la circuncisión. [¿sincericidio?] No se interrumpe ninguna función vital ni se destruye su poder de generación; sólo se contrarresta la lujuria excesiva. [Maimónides deduce luego que "el órgano necesariamente se debilita cuando pierde sangre y se lo priva de su cobertura desde el nacimiento." Esto es obviamente falso (el dolor y el sangrado no debilitan al pene, lo que está en discusión es si remover el prepucio disminuye el placer sexual) y como motivo es igual al punto anterior.]
- Otro importante objetivo es que todos los miembros [claro que hombres, no mujeres] que comparten la misma fe lleven el mismo signo. Es imposible que un no judío sea circuncidado para decir que pertenece a este pueblo e infiltrarse, ya sea en busca de alguna ventaja o en un intento de producir algún ataque. Nadie debería circuncidarse, o a sus hijos, por otro motivo que no sea la fe. [Poner una marca en el cuerpo de las personas para identificarlas como pertenecientes a un pueblo o a una fe religiosa es barbárico, más aún si se trata de niños. Me parece que esto no amerita mucho debate.]
- La circuncisión es también un símbolo del pacto de Abraham con Dios y la creencia en un único dios. [Ídem anterior.]
- Esta ley sólo puede mantenerse y perpetuarse en toda su perfección cuando el niño es muy pequeño, y esto es por tres buenos motivos:
- Si se la pospone hasta que el niño crezca, quizás éste no quiera ser sometido a ella.
- El niño pequeño no sufre mucho dolor, ya que la piel es joven y la
imaginación débil; los adultos temen lo que imaginan que esté por venir
incluso antes de que suceda.
- Básicamente, dice que al ir creciendo el niño, los padres lo quieren cada vez más, por lo que si se espera serán ellos, por temor a que le pase algo o por no querer verlo sufrir, quienes no querrán circuncidarlo.
[En estos tres puntos Maimónides redondea su concepto de que la circuncisión es de enorme importancia como para dejarla al criterio de los padres o a la decisión de los niños una vez crecidos. Según él, había que hacerla cuanto antes para que nadie se arrepintiera, ninguna otra cosa importaba. La noción de libertad de elección, al parecer, no se le cruzaba por la cabeza.]
Es interesante observar que, de los motivos enumerados por Filón -un filósofo-, cuatro tienen cierta base médica (al menos para la medicina de la época) y los otros dos son puramente simbólicos, mientras que de los enumerados por Maimónides -que tenía formación médica y vivió mil años después-, casi todos sus argumentos se centraban en la importancia de identificar a los hebreos a fin de respetar el pacto de Abraham con su amigo imaginario y de que se hiciera lo antes posible más que nada para evitar que los niños o sus padres se hecharan atrás. Supongo que esta diferencia se debía a que él además era rabino. Una vez más, las religiones sólo sirven para perpetuar la ignorancia de quienes vivieron siglos atrás.
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