Recientemente vi el final de la serie televisiva Spartacus,
de Starz Media. La serie no fue gran cosa, demasiada violencia y poco argumento, y un abuso de escenas en cámara lenta.
La empecé a ver porque el libro de Howard Fast me pareció apasionante y porque,
por lo que se veía en los avances, creí que la serie incorporaría a esa
historia las peleas de Gladiador y los efectos visuales de 300. No fue tan así.
Afiche de la primera temporada de la serie |
A pocos minutos de comenzar a ver su primer episodio en 2010
(fueron un total de 4 temporadas), me di cuenta de que para poder verla y
disfrutarla iba a tener que autoconvencerme de que la historia de esta serie no
tenía casi nada que ver con aquella novela ni con el film épico de 1960
dirigido por Stanley Kubrick. Y dudo mucho que tuviera alguna semejanza con la
historia de los personajes reales en los que están inspiradas.
Como leí en un blog hace poco, “es una serie que se trata de
peleas. Y gente desnuda. Y gente desnuda peleando.” La sangre mana exageradamente en borbotones
o directamente en chorros hasta de las heridas más superficiales. Pero tampoco
hay muchas de esas, ya que en general los gladiadores se matan entre ellos –o a
los romanos- de las formas más truculentas que los escritores pudieron
imaginar.
Pero lo primero que sorprende al espectador, antes de que
empiecen las peleas, es el lenguaje. Obviamente está hablada en inglés (sólo a
Mel Gibson se le ocurre hacer que los actores hablen –intenten hablar- en
lenguas muertas), pero es un inglés que simula ser latín y esto resulta
bastante chocante.
Las palabras que corresponden a terminología específica, como
los nombres de las armas y los distintos tipos de gladiadores, así como los de las
profesiones y los cargos políticos y militares, son pronunciadas en latín. Entonces,
por ejemplo, el amo o señor es el “dominus”
y el maestro o entrenador es el “doctore”. Todo lo demás, los diálogos, son
hablados en inglés. Pero es un inglés que no usa pronombres, ya que el latín no
los tenía. Así que en lugar de decir “¡Hablá!” dicen “¡Dale voz a lengua!”. En
vez de decir “Agarrá la espada” dicen “Poné espada en mano”.
También hay otras expresiones que suenan bastante raras,
aunque se entienden. No existe el “Gracias” o “Te agradezco”. En su lugar,
simplemente dicen “Gratitud”. Esto es porque en el latín clásico las emociones
no se sienten, sino que se manifiestan. La expresión “Me alegro por vos” o “Siento
alegría por vos” sería imposible, no tendría sentido; su forma correcta sería
algo así como “Alegría por vos”.
La novela de H. Fast |
¿Sirvió para algo tomarse este trabajo y complicar así los
diálogos? ¿Le dio más realismo a la serie que si los actores hubieran hablado
en inglés como es habitual en cine y tv? Para mí no, no le aportó nada, y casi
puedo imaginarme lo difícil que debe haber sido filmar entre las carcajadas de
los actores al escucharse hablando así.
Aprovecho para recomendar ampliamente el libro, uno de mis
favoritos del género. Ubicado alrededor del año 70 AEC, es una novelización de la
Tercera Guerra Servil, la última de las rebeliones de esclavos de esa época
contra la República romana y la única que, a pesar de haber fracasado, llegó a asustar
a Roma. Es una de las más realistas descripciones de la depravación a la que
puede caer el ser humano cuando acumula demasiado poder -especialmente poder
sobre otros humanos- a la vez que un verdadero canto a la lucha por la libertad
y la igualdad.
Te falto "y gente desnuda teniendo sexo" :-)
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tus críticas, excepto el tema del ingles-latín, para mi resultó un cambio interesante que le dió un matiz de antiguedad a la serie.
Jajaja! Sí, es cierto, había mucho sexo en esa serie y, si mal no recuerdo, en el libro también.
EliminarCon los idiomas antiguos es difícil que quede bien. A mí me desagradó bastante. Me resultaba como incómodo, artificial.
Gracias por el comentario!