"Yo tenía que imaginarme que estaba en una ciudad extraña y que caía la noche. Tenía que imaginarme que veía aproximarse hacia mí a un numeroso grupo de hombres. Ahora, ¿me sentiría más seguro o menos seguro si supiera que acababan de salir de un rezo grupal? [...] «Sin salirme de la letra "B", diré que he tenido realmente esa experiencia en Belfast, Beirut, Bombay, Belgrado, Belén y Bagdad. En cada uno de estos casos puedo decir absolutamente, y dar mis razones para ello, que me sentiría inmediatamente amenazado si pensara que el grupo de hombres viniendo hacia mí al anochecer venía de cumplir con un rito religioso.»"
Christopher Hitchens, "God is not great", 2007
Esta cita me vino en seguida a la mente cuando leí la noticia de la agresión sufrida por una pareja gay en San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Sus atacantes les dijeron que estaban en una "casa católica", que la homosexualidad "es un pecado", y que son "una vergüenza para la Argentina", tras lo cual los golpearon al grito de "El Papa es argentino, no pueden haber putos argentinos". La mezcla de nacionalismo y religión siempre tiene como resultado a la violencia. Creer lo contrario es una ilusión.
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