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En febrero de este año me decidí a empezar este blog, un poco a instancias de un amigo blogger, que hace ya varios años lleva con éxito Alerta Religión. Ante mis dudas respecto de si valía la pena, dado que las redes sociales parecen haber copado por completo el mundo digital, no dejando mucho espacio a otras herramientas, me aconsejó que: "Si tenés algo para decir, abrite un blog. Es mentira que los blogs estén muertos." Lo pensé bastante, porque no estaba seguro de lograr la constancia necesaria, pero finalmente arranqué.

Mi interés por el fascinante mundo de la ciencia data de la escuela secundaria (sí, ¡fui al "Poli"!) o quizás desde antes. Lo que aprendí por quellos años vino de la mano de revistas como "Descubrir", "Conocer y Saber", "Muy Interesante" y libros de autores como Carl Sagan e Isaac Asimov, que también me enseñaron lo que es el "escepticismo saludable". Esto fue hace mucho tiempo, pero más recientemente conocí y me incorporé al Círculo Escéptico Argentino, que tiene por objetivo divulgar el escepticismo y fomentar el pensamiento crítico, así como denunciar a los charlatanes.

Ser escéptico es, básicamente, no aceptar una afirmación como cierta hasta tener suficientes pruebas o evidencias de que lo sea. Somos escépticos, por ejemplo, cuando antes de comprar algo verificamos que esté en buenas condiciones, que funcione correctamente, y que tenga una garantía, en lugar de simplemente tomar la palabra del vendedor. En ese sentido, equivale a ser precavido, y es el mismo tipo de razonamiento que deberíamos utilizar en todas las instancias de nuestra vida, aunque es común que uno sea escéptico en algunos aspectos y no en otros.

Las afirmaciones extraordinarias, como la existencia de seres fantásticos o sobrenaturales (hadas, duendes, dioses o zombis), fenómenos paranormales (telequinesis, telepatía, adivinación), curaciones mágicas, milagrosas o pseudocientíficas (cristaloterapia, uroterapia) o la presencia en la Tierra de seres extraterrestres, por citar unos pocos ejemplos, deben ser debidamente demostradas para poder ser creídas. La duda razonable es sana, mientras que creer cualquier cosa sin antes pedir las mínimas evidencias necearias es, por lo menos, peligroso, tanto para los individuos como para la sociedad.

Uno de los grandes temas que más voy a tocar es el de las pseudociencias. Éstas son técnicas o disciplinas basadas en conocimientos supuestamente científicos, pero que no lo son. Algunas pretenden convencernos de que pueden ser usadas para predecir el futuro (astrología) y otras, las pseudomedicinas, afirman poder curarnos de cualquier mal o enfermedad sin dolores ni efectos secundarios (homeopatía). Es común el uso de un lenguaje científico o similar, con nomenclaturas aparentemente derivadas del latín o griego para darle esa apariencia. Muchas pseudociencias toman como base algo cierto y luego lo deforman o exageran y sacan conclusiones sin ninguna comprobación científica, en las cuales basan sus enunciados.

Otro gran tema que va a aparecer bastante en este blog es el de la religión. Por un lado, porque me parece de una enorme importancia que el Estado sea laico, que las personas sean libres de practicar el culto que quieran, o ninguno, sin que nada se los impida y sin por ello influir en absoluto en las vidas de quienes tengan otras creencias, o ninguna. Por otro lado, y sin intención de ofender a nadie a causa de su fe, sí voy a criticar a esas creencias cuando fomenten la intolerancia, la discriminación, el totalitarismo, o atenten contra los derechos individuales.

Espero que lo disfruten al menos tanto como yo.