sábado, 29 de diciembre de 2012

¿A quién representa Benny?

Benny XVI
En un artículo reciente leíamos que "el Papa Benedicto XVI reveló que el Vaticano estaba listo para forzar (¿formar, quizás?) alianzas con otras religiones en contra del matrimonio homosexual y afirmó que la familia está amenazada “en sus cimientos” por intentos por cambiar su “verdadera estructura”."

Sin detenernos mucho en las diatribas homofóbicas habituales de Benny, más abajo el autor agregaba: "El Sumo Pontífice, de 85 años y líder de 1.200 millones de católicos en el mundo [...]"

¿Es Benedicto XVI el líder de 1200 millones de personas? Semejante idea sólo me produce escalofríos. En realidad, esa cifra (si la sacaron de Wikipedia, se refiere al año 2010) se obtiene del número total de bautizados en el mundo:
"La Iglesia Católica cuenta como católicos a todos los bautizados en la Iglesia (o admitidos a la misma si lo piden y habían sido antes bautizados en otros grupos cristianos) con sus derechos y deberes, y que no hayan hecho acto formal de defección de ella. Para la Iglesia Católica quien no practica como católico sigue formando parte de ella. Pero celebrar otros sacramentos no es lo que les hace católicos, sino el bautismo."
Es decir, no se tiene en cuenta que el bautismo se hace cuando las personas son bebés, sin preguntarles si quieren ser católicos o no. Se incluye a gran cantidad de adultos que no se consideran católicos, ni se sienten representados por esa Iglesia, y consideran al Papa un vegestorio retrógrado y autoritario a quien mucho no le interesan los derechos humanos. También entran en esas cifras todos los católicos bautizados para quienes el catolicismo consiste tan solo en decir "soy católico", sin mucho más compromiso. Incluso los excomulgados siguen siendo contados como católicos. 

¿Cuántos de esos 1.200 millones de personas realmente creen? ¿Cuántos de ellos, además, se sienten plenamente representados por el Vaticano y la Iglesia Católica y reconocen a Joseph Aloisius Ratzinger como su líder (espiritual, supongo)?

viernes, 28 de diciembre de 2012

Manochantas, "visiones" y peregrinaciones

Ignacio Peries y sus manos "milagrosas"


Hace un tiempo escribía sobre nuestro manochanta local, el Padre Ignacio Peries, que con su extraño acento y sus ya famosas imposiciones de manos cautiva a los fieles. Pero Peries no es el único autoproclamado sanador.





Santuario de la Virgen del Cerro, Salta
En Salta, una mujer llamada María Livia Galliano de Obeid dijo en 1990 haber visto a la Virgen María, que le pidió que le construya un santuario. Así lo hizo y desde entonces la Virgen del Cerro atrae a miles de creyentes cada año. Al igual que el Padre Ignacio, Galliano asegura curar con el solo toque de sus manos, y las personas hacen largas colas para tener la oportunidad. Este evento es organizado y filmado por su esposo. La ceremonia incluye una peregrinación hasta la cima del cerro, colas para acercarse a la sanadora, el toque mágico de sus manos sobre los enfermos, y los ayudantes que sostienen a las personas que caen desmayadas.

(Como la Iglesia se pone nerviosa cuando aparecen milagros fuera de su ámbito de control, tanto Peries como Galliano evitan hablar de imposición de manos o llamarse a sí mismos "sanadores" y prefieren usar palabras como interseciones, canalizaciones, intermediaciones, etc.. Sin embargo, lo que hacen es imposición de manos y todo el mundo los llama sanadores.)

La Virgen de San Nicolás
En San Nicolás, la historia de Gladys Motta es muy similar a la de Galliano. Sospechosamente similar, diría si fuera mal pensado. Sí, está bien, soy mal pensado. Motta empezó a tener sus visiones en 1983, 7 años antes. También hizo hacer un santuario y la peregrinación junto a la estatua de la Virgen María ya es directamente masiva. Cientos de miles de personas caminan, pedalean o van en colectivos esperando pedir (a María, a la estatua, a Dios, a Jesús, o a todos juntos) por trabajo, salud, dinero, amor o lo que sea. En este caso no hay personaje sanador, pero sí un santuario enorme construido gracias a las "visiones" de una mujer, una ciudad que ganó en turismo lo que nunca antes y la Iglesia Católica, contenta. En fin, más de lo mismo. 

La culpa es de las mujeres.

Sacerdotes, curas, obispos, papas, rabinos, imanes, y tantos otros líderes o representantes religiosos que parecen salidos del Pleistoceno, salen a decirles a los demás cómo deben vivir sus vidas y decretar si lo que hacen está bien o mal, cuando carecen de los conocimientos y la autoridad moral necesaria para empezar a opinar. Lo lamento por aquellos que los siguen, pero realmente cansa que se quieran meter en la vida de quienes no tienen nada que ver con ellos ni con sus religiones. Si hiciera un post por cada religioso que sale a decir idioteces, tendría que pasarme todos los días escribiendo y seguramente tendría blog para rato. Algunos, sin embargo, valen la pena más que otros por la discriminación, el odio y la violencia que sus dichos generan o justifican, o simplemente por lo ignorantes. O por todo lo anterior.

El mejor amigo de las mujeres.
Tal es el caso del párroco italiano Piero Corsi, para quien la violencia contra las mujeres se debe a que éstas usan ropas provocadoras, son "arrogantes y se creen autosuficientes", y descuidan el orden y la higiene del hogar. Ah, y en lugar de pasarse el día cocinando para sus maridos, compran comida rápida. La creencia popular de que la violencia es culpa de quien la ejerce, en este caso el hombre, es culpa de "una prensa fanática y desviada". Lo mismo dice respecto los abusos sexuales y la infidelidad. Todo es culpa de las mujeres. Estas opiniones se leen en un cartel que el buen hombre colgó en la puerta de su iglesia. 

¿Qué pasaría si los gobiernos estuvieran de acuerdo con estos criterios? No hace falta imaginar mucho: viviríamos como en los países donde las religiones mandan, en los que las mujeres no pueden salir a la calle sin cubrirse de pies a cabeza, ni manejar vehículos, ni viajar sin autorización de sus maridos, ni acceder a educación universitaria, y si son sospechadas de adúlteras, reciben penas de cárcel o muerte.

A los pocos días de publicarse sus declaraciones, don Corsi tuvo que renunciar a su cargo, algo bastante raro entre los sacerdotes que cometen estos sincericidios. Según dijo, el remordimiento no lo dejaba dormir, pero supongo que en poco tiempo lo veremos a cargo de algún otro ministerio.

martes, 18 de diciembre de 2012

Una muy atea Navidad

Se acercan los últimos días de diciembre y con ellos las fiestas. Pensando qué escribir al respecto, me crucé con un texto de Elisabeth Cornwell titulado "A very atheist Christmas". Me gustó mucho, así que lo traduje y le hice unas cuantas modificaciones propias. Mi versión adaptada quedó así:

A veces, quienes saben que soy ateo me preguntan qué hago durante la Navidad (o durante Januka, que es por las mismas fechas), ya que existe el prejuicio de que los ateos no las festejamos. Para su sorpresa, les cuento que elijo esa fecha para reunirme con amigos y familia y celebrar casi de la misma forma que cristianos y judíos en todo el mundo. 

Muchos ateos crecieron en familias religiosas, algunas más observantes que otras, en las que se celebraban esas y otras festividades. En mi caso no fue así, ya que la religión nunca formó parte de la celebración, pero la fecha siempre fue una excusa tan buena como cualquier otra para reunirse y festejar. A veces era porque para fin de año algunos parientes no iban a poder estar porque se iban de vacaciones, así que éramos incluso más numerosos en Navidad que en Año Nuevo. Todos los que de una forma u otra nos reuníamos a festejar tenemos recuerdos de nuestra infancia en las casas de abuelos, tíos o en salones de fiestas, con cenas familiares, parientes brindando, comiendo postres, contando anécdotas o chistes y saliendo a mirar fuegos artificiales al patio, la terraza o la calle, y estas celebraciones evocan esos recuerdos tan felices.
 
Si bien algunos ateos nos quejamos cuando las religiones intentan atravesar el muro de la separación entre iglesia y estado, no todos somos de salir a patear a Papá Noel en el traste, quemar arbolitos o esconder el pan dulce. Seguro que hay ateos que tiemblan ante la posibilidad de festejar Navidad y que están en contra de que estas festividades se sigan celebrando, pero yo no comparto esas opiniones. Me gustan las reuniones familiares y me parece perfecto que a tantas personas les guste juntarse a celebrar, porque ese es el significado moderno de la Navidad: la reunión familiar. Por otro lado, históricamente, la mayor oposición a los festejos religiosos y sus símbolos no provino de los ateos sino de las religiones rivales.
 
No sé si en Argentina es muy común hacer toda la parodia del tío disfrazado de Papá Noel, los regalos abajo del árbol y mucho menos ponerse a cantar villancicos. Pero tampoco me parece mal festejar, cantar canciones navideñas, hacer regalos y reirse de cómo le queda el desfraz al designado para sacrificarse y transpirar con la barba postiza. Yo no haría nada de eso por una cuestión de fobia escénica, pero al que le guste, adelante.
 
Celebrar (cualquier cosa) es una parte natural de las culturas humanas. El cristianismo simplemente se apropió de celebraciones locales anteriores para adaptarlas a sus propias y peculiares creencias. La Navidad sólo es "cristiana" porque las antiguas celebraciones paganas invernales fueron incorporadas por la Iglesia para captar más fieles. De ahí que sea costumbre comer comidas y postres tan calóricos (más acordes con el invierno), que Papá Noel esté tan abrigado y ande en un trineo tirado por renos.
 
El arbolito de Navidad, que pasó a formar parte de la tradición inglesa y norteamericana a través de la influencia alemana, es un componente relativamente reciente de la festividad. Los ingleses tomaron la tradición alemana del árbol de Navidad en la época Victoriana bajo la influencia del príncipe Alberto. Los estadounidenses, por otro lado, fueron más probablemente influenciados por los prusianos durante la Revolución Americana así como los muchos inmigrantes alemanes que llegaron a la incipiente nación. Pero los siempreverdes (plantas que no pierden su follaje en el invierno) han sido parte de las celebraciones humanas al menos desde la época del antiguo Egipto, donde -al no haber árboles perennifolios- se usaban hojas de palmeras como símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte. En la Gran Bretaña pre cristiana, los druidas usaban siempreverdes, acebo y muérdago como símbolo de la vida eterna en sus rituales y también los ponían del lado de afuera de sus puertas para simbolizar la llegada de la primavera. Los cristianos adoptaron este simbolismo a tal punto, que usan hojas de palma u olivo para celebrar el triunfo de la resurrección de Cristo y, al año siguiente, usan las cenizas de esas mismas hojas para hacer la marca de la cruz en la frente de los católicos de todo el mundo al inicio de la Cuaresma.

Las celebraciones han sido parte de la cultura humana desde mucho antes de que adorásemos a un dios monoteista. Es una parte arraigada de nuestra naturaleza social. Comer juntos mientras se cuentan historias de ancestros, cacerías, batallas y viajes fue parte de la vida cotidiana para las tribus y pueblos a lo largo de toda la historia humana. La música también tiene su rol en la experiencia humana universal: cantar, tocar tambores y bailar fue siempre parte de las celebraciones. Las largas y oscuras noches invernales seguramente eran más llevaderas con el calor de un fuego y el sonido de las voces alzándose en cantos. La adoración religiosa no tiene nada que ver con nuestro amor por la música, que también es parte íntima del caracter social del ser humano y nos induce a la unión y la camaradería. Ninguna única cultura y especialmente ninguna única religión es dueña de la celebración. Ésta es parte de nuestra humanidad.

La familia y los amigos son lo que hace a las fiestas, especialmente en países donde los habitantes venimos de todos los rincones del mundo, donde las culturas se mezclan y las tradiciones fluyen. El hecho de no creer en Dios, Papá Noel, los duendes y las hadas, no significa no creer en el amor familiar. No creer en cosas absurdas no significa dejar de disfrutar de las celebraciones. Así que, amigos religiosos y ateos, ¡que pasen todos una feliz Navidad y/o un feliz Januka!

 
Para leer más sobre la Navidad y sus orígenes, podés visitar el blog Proyecto Sandía:

lunes, 17 de diciembre de 2012

Conclusiones estúpidas y propuestas retrógradas

El 14 de diciembre volvió a ocurrir una tragedia que lamentablemente ya es casi habitual en EEUU: alguien agarró un arma (tres, en realidad) y salió a matar gente. Sólo que esta vez fue en una escuela primaria y, hasta donde supe, murieron 20 chicos de entre 5 y 10 años. 

Adam Lanza, de 20 años, mató primero a su madre, una maestra de preescolar. Después entró en el colegio vestido con ropa negra, una máscara y un chaleco antibalas y simplemente abrió fuego sobre los niños, 18 de los cuales murieron en el momento y otros dos en camino al hospital. También asesinó a la directora de la escuela, una psicóloga y a otros cuatro adultos.

Es imposible ponerse en el lugar de las familias de las víctimas e imaginar lo que están sintiendo. Lo mismo vale para quienes sobrevivieron, niños y adultos. No hay palabras.

Sin embargo, hay quienes sí tienen palabras. Bryan Fischer, conductor de una radio cristiana, blogger, activista y director del área Análisis de temas de la American Family Association, tiene esto para decir:


Aprovechar esta tragedia para hacer campaña en contra del laicismo es lamentable, pero es a lo que las religiones organizadas nos tienen acostumbrados. A continuación, el texto traducido con mis comentarios en negrita entre corchetes:

La pregunta va a surgir: "¿Dónde estaba Dios? Yo pensaba que a Dios le interesaban los niños pequeños, que dios protegía a los niños pequeños. ¿Dónde estaba Dios cuando pasó todo esto?" [Sí, esa pregunta va a surgir entre quienes creen eso. Los que no creemos, no nos preguntamos algo tan obvio.] Y la conclusión es la siguiente: Dios no va a ir a donde no lo quieren. [Esa es su conclusión, y francamente es estúpida.] Desde 1962 -y ya llevamos 50 años en esto- hemos estado diciéndole a Dios que se pierda. Diciéndole "No te queremos en nuestras escuelas, no queremos rezarte en nuestras escuelas, no te queremos rezar antes de los partidos de fútbol, no queremos que nadie hable de ti en los discursos de graduación, no queremos que nadie hable de ti, no queremos que tu palabra sea leída en las escuelas." En 1962 sacamos los rezos de las escuelas, en 1963 sacamos la palabra de Dios de las escuelas, en 1980 sacamos los diez mandamientos de las escuelas. [Sí, y está perfecto que así sea. En un Estado laico, en un país donde se garantiza la libertad de culto, no puede haber clases de cristianismo en las escuelas públicas. Eso no sería garantizar la libertad de culto, sino garantizarle a una sola religión la libertad de indoctrinar chicos.] Sacamos a Dios de nuestras escuelas públicas y creo que Dios nos diría: "Hey, estaría feliz de proteger a sus niños, pero primero me tienen que invitar de vuelta a su mundo. No voy a ir donde no me quieren. Soy un caballero." [Si ese dios existe y piensa eso, me alegro de no creer en él. Ese dios no sería un caballero, sería un caprichoso, un sádico que se divierte creando seres mortales e imperfectos, dándoles libre albedrío y castigándolos cuando no hacen lo que él quiere o dejando que sufran y mueran cuando no lo adoran. Caprichoso y sádico. Si existiera.]

Saben, cuando yo iba a la escuela primaria teníamos rezos en las escuelas y no necesitábamos armas. Lo voy a repetir: en la época en que teníamos rezos, Biblia y los diez mandamientos en las escuelas no necesitábamos armas. Así que voy a sugerirles como solución definitiva, que el problema no es la segunda enmienda [que otorga a los ciudadanos estadounidenses el derecho a portar armas], sino la primera, que garantiza el libre ejercicio de la religión. [Que dos cosas sucedan al mismo tiempo, o una después de la otra, no implica necesariamente que estén relacionadas ni que una sea la causa de la otra. Los creyentes inventan estas relaciones para adaptar los hechos a sus teorías. Si esto fuera cierto, no necesitaríamos policías; bastaría con sentarnos a rezar para que no haya ningún crimen. Por otro lado, en el pasado hubo incontables guerras -dos de ellas a escala mundial-, masacres, genocidios, holocaustos, etcétera. ¿Entonces? ¿La gente no rezaba lo suficiente? Este argumento tan falaz como aborrecible, no tan distinto del del karma (que es algo así como "en otra vida hizo cosas malas, por eso en esta tenía que sufrir"), lo suelen usar casi como justificativo cuando cualquier alguna desgracia le sucede a ateos, laicistas, homosexuales, o a cualquiera que a los católicos no les simpatice. "No rezaban, por eso un loco los mató." "No eran lo suficientemente temerosos de Dios, por eso acurrió el terremoto." "Estaban a favor de los gays, por eso el huracán devastó su ciudad."]

Es hora de volver a poner un poco de ese libre ejercicio de religión de vuelta en nuestras escuelas públicas [Querrá decir un poco de catecismo.] y quizás es hora de que algunos administradores escolares digan "no nos importa. Las vidas de nuestros niños son muy importantes. Vamos a rezar en las escuelas, al empezar el día, vamos a rezar por protección [Claro, seguro que rezando se van a terminar la violencia, las injusticias, el hambre, los desastres naturales y el reggaetón...], y no me importa lo que diga la Corte Suprema, no me importa lo que nadie diga, nuestros niños son demasiado importantes para nosotros como para dejarlos vulnerables, sin pedirle a Dios por su ayuda y su protección." [Lo que está diciendo es, "No me importan las leyes y no me importa en qué crean los demás. Yo creo esto y quiero imponérselo a la fuerza a todos." Sí, se nota que está a favor de la libertad de culto.]

jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Cuántas veces se anunció el fin del mundo?

Cualquier intento de hacer una lista completa de las veces que alguien anunció el fin del mundo sería inevitablemente en vano, ya que desde que el hombre existe ha habido personas o grupos -algunos honestamente temerosos y otros tan sólo charlatanes aprovechándose de aquellos- que han salido a lanzar advertencias sobre el fin de los tiempos, catástrofes apocalípticas, dioses exterminando a la raza humana, planetas chocando unos con otros o extraterrestres destruyendo la Tierra. Así que voy a enumerar sólo algunos, tratando de separarlos en grupos por autores.

Siempre ha habido personas que buscaron en la numerología algún indicio que anuncie el fin del mundo:
  • El milenarismo, por ejemplo, incluye diversas corrientes que creen en una especie de ciclo místico de mil años: esperaban la resurrección de Cristo en el año 1000 y después en el 2000 (a los numerólogos les encantan los números redondos) y creen que, cuando llegue, su reinado durará (¡adivinaron!) mil años, después de los cuales vendrá el Apocalipsis, el Juicio Final, etcétera, etcétera. Hasta ahora, se han equivocado.
  • Para los seguidores de Jesús los números también son importantes. Son importantes los años que contienen el número 33, como el 1033, en el que se cumplieron mil años de su muerte. Algunos lo toman como un mal presagio y otros como uno bueno. Otro número que los atemoriza es el 666, ya sea al derecho o al revés (el 999), así que los años que lo contienen son esperados con ansiedad (y también son fuente de inspiración para más de una película mala). La Gran Plaga de 1666, lamentablemente, no ayudó a desterrar este mito.
  • En el año 2000 se combinaron la numerología milenarista y la marca de la Bestia: 2000/3 = 666.666. Si el fin del mundo no ocurría entonces, ¿cuándo?
 
Decenas de predicadores, pastores evangelistas, rabinos y hasta locutores de radio han profetizado el fin del mundo, ya sea a causa de algún desastre o por la llegada del Mesías, en un evento que fue denominado Rapto o Arrebatamiento:
William Miller
  • William Miller, fundador del Movimiento Adventista, del cual descienden la Iglesia Adventista del Séptimo Día y movimientos posteriores que se inspiraron en el énfasis de Miller en la profecía bíblica, como los Testigos de Jehová, predijo que Jesucristo "vendrá otra vez a esta tierra, limpiará, purificará, y tomará posesión de la misma, con todos los santos, en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844." Como obviamente esto no sucedió, se anunciaron otras fechas, hasta que después de la última predicción fallida se produjo la llamada Gran Decepción.
  • Desde su fundación en 1870, los Testigos de Jehová no pararon de vaticinar la llegada el fin del mundo. Algunas de las fechas fatídicas -y fallidas- fueron 1874, 1878, 1881, 1910, 1914, 1918, 1925, 1975 y 1984. En 1914, como no pasó nada, argumentaron que en realidad en ese año comenzó el reinado de Satán y sus demonios sobre la Tierra.
  • El evangelista televisivo Pat Robertson predijo el retorno de Jesús a la Tierra en algún momento de la década de los '80. Posteriormente, el pastor F. M. Riley predijo que sería en 1994. Aún lo esperan.
  • En 1994 el pastor John Hinkle, de la Iglesia de Cristo en Los Ángeles, anunció que había tenido una visión en la cual Dios -ni más ni menos- le dijo “El jueves 9 de junio, extirparé el mal de este mundo.” No pasó nada.
  • Harold Egbert Camping
  • Harold Camping, famoso locutor de una radio cristiana, predijo por medio de sus análisis numerológicos de la Biblia que el retorno del Señor ocurriría en septiembre de 1994. Como no sucedió, dijo que se había equivocado en sus cálculos y repitió su anuncio un par de veces más (21 de mayo de 2011 y 21 de octubre de 2011).
  • Marilyn J. Agee en su libro “El fin de los tiempos” anunció que habría dos Raptos, uno el 31 de mayo de 1998 y el segundo el 13 de septiembre de 2007. También a ella le fallaron los cálculos, pero en su página web lo sigue intentando.
  • Phillip Berg, un rabino y miembro del Centro de Estudios Cabalísticos, predijo que el fin llegaría el 11 de septiembre de 1999, basando su predicción en datos encontrados en los "códigos" de la Biblia. Casualmente, esa fecha coincidió con la destrucción de las Torres Gemelas, pero del fin del mundo, nada.
 
Psíquicos, videntes y astrólogos no se quedan atrás con las profesías catastrofistas:
  • El propio Nostradamus, por citar a uno de los más famosos, basaba sus profesías del fin del mundo principalmente en la escatología bíblica y luego hacía extrapolaciones al futuro usando astrología. Básicamente, recurría a fábulas y pseudociencia para predecir el futuro.
  • El astrólogo alemán Johannes Stöffler predijo en 1499 un diluvio universal para el 20 de febrero de 1524. Entre los que le creyeron se encontraba el Conde alemán Von Iggleheim quien, cual moderno Noé, construyó una lujosa arca de tres plantas para sus amigos y familiares. Cuando ese día comenzó a llover, la gente apedreó al conde hasta matarlo para poder entrar al arca y salvarse. Por supuesto, fue sólo una lluvia pasajera.
  • Según el psíquico Charles Criswell King el fin del mundo llegaría el 18 de agosto de 1999. Aparentemente, muy psíquico no era.
 
Los desastres naturales, como terremotos, erupciones volcánicas o incluso ataques de plagas o proliferación de enfermedades, también han sido siempre motivo de ansiedad para quienes más que temer el Apocalipsis parecieran desearlo. Cada vez que ha habido sucesos de estas características, alguien salió a afirmar que llegaba el Apocalipsis y siempre hubo algún grupo de gente que le creyó.

Los eventos astronómicos también han servido para alimentar estas teorías del fin del mundo:
  • El paso de cometas como el Halley o el Hale- Bopp, por ejemplo, siempre han causado conmoción. Algunos creen que chocarán con la Tierra, otros que sus colas contienen materiales tóxicos o radiactivos que destruirán toda la vida del planeta (más de un estafador se dedicó a vender pastillas que supuestamente contrarrestaban estos efectos) y para otros son signos mágicos que presagian que ocurrirá algo malo.Los cometas son sólo pedazos de rocas y hielo que surcan el espacio en órbitas alrededor del Sol. A menos que choquen contra la Tierra, no pueden causar ningún daño.
  • Las llamaradas solares especialmente intensas, que ocurren de vez en cuando, son malinterpretadas y muchos creen que freirán la Tierra. A lo sumo, pueden interferir con las comunicaciones satelitales.
  • Los eclipses de luna también han sido interpretados como malos augurios, pero los eclipses de sol siempre fueron aún más ominosos. Ver de repente que la Luna cambiaba de color o que el Sol se oscurecía debe haber sido algo sumamente terrorífico para los pueblos antiguos, pero hace mucho que sabemos que sólo se trata del paso de la Tierra entre la Luna y el Sol o el paso de la Luna entre éste y la Tierra.
  • Otras alineaciones planetarias, o la alineación de alguno de los planetas con alguna estrella o constelación, han dado pie a los embaucadores para inventar todo tipo de teorías sobre campos magnéticos o gravitatorios alterados y nunca falta alguien que les crea. Incluso se especulaba con que el fin de todo llegaría el 21/12/2012 porque ese día la Tierra, el Sol y el centro de nuestra galaxia estarían perfectamente alineados, lo que provocaría algún tipo de fuerza destructora. Como nos explica el gran astrofísico y divulgador científico Neil deGrasse Tyson, esa alineación se da todos los 21 de diciembre de todos los años, y ninguna fuerza ha aparecido para destruir la Tierra.
  • Las alineaciones -o conjunciones- pueden parecernos poco habituales, pero eso es porque los humanos sólo vivimos unos pocos años. Para el universo, en realidad, son bastante frecuentes. En su libro “Hielo: el desastre final” -una mezcla de pirámides, civilizaciones antiguas súper avanzadas y cambios en el eje de rotación de la Tierra-, Richard Noone predecía que esta configuración traería todo tipo de desastres. El libro se vendió y nada sucedió; seguimos aquí.
  • Se ha llegado a inventar la existencia de planetas que supuestamente chocarían con la Tierra o que pasarían tan cerca de ella como para alterar su órbita. Dos ejemplos: (1) El Planeta X o Nibiru, cuya existencia fue propuesta por Nancy Lieder, una mujer que decía que gracias a unos extraterrestres que le implantaron un aparato en la cabeza para comunicarse con ella supo que este planeta pasaría cerca de la Tierra y destruiría la civilización. Si bien Lieder lo llamó Planeta X, Zecharia Sitchin, un ruso defensor de las teorías de los antiguos astronautas, lo relacionó con Nibiru, un planeta gigante que según su interpretación de antiguos textos religiosos babilonios pasaría cerca de la Tierra. La diferencia era que para Sitchin, Niburu no chocaría con nosotros, sino que al pasar cerca permitiría que sus habitantes vengan a la Tierra, donde serían vistos como dioses. (2) El planeta Hercólubus, que puede haber sido propuesto por el autor new age V. M. Rabolu o el médium y abogado brasileño Hercilio Maes. Para el primero, se trataría de la estrella de Barnard, que sería en realidad un planeta. Para Maes, quien decía contactarse por psicografía con el extraterrestre Ramatís, sería un planeta gigante. Planeta o estrella, ambos coincidían en que destruiría la vida en la Tierra. También es coincidencia que ambos estaban bien pirados. La estrella de Barnard es una estrella y no hay evidencia de que exista ningún planeta en curso de colisión con la Tierra. (Y si lo hubiera, dado el alcance de los instrumentos de observación y detección de cuerpos celestes, llegaría a nuestra vecindad varios miles de años después de haber sido descubierto.)

Por fin, llegamos al 2012 y los mayas
 
Resulta que las culturas mesoamericanas precolombinas, entre ellas los mayas, usaban un calendario llamado Calendario de Cuenta Larga, que era muy distinto del nuestro (en realidad usaban varios calendarios: uno de 365 días y otro de 260 días, y para cuando llegaron los españoles al de Cuenta Larga ya lo habían abandonado). Este calendario, posiblemente creado por los olmecas,  no era cíclico como el nuestro, en el que los días se repiten cada 365 y los años se repiten cada 52; los días no se repetían, sino que se los contaba desde la fecha de la creación del mundo (que según su mitología correspondería al 11 de agosto de 3114 a.C. en el calendario Gregoriano). En ese sistema, las fechas se denominaban usando cinco números: un día se llamaba Kin y 20 de ellos formaban un Winal, 18 de los cuales formaban un Tun. Luego, 20 tunes formaban un K'atun y 20 de ellos sumaban un B'ak'tun. Para verlo más claro:
Así, al 5 de diciembre de 2006 le correspondería el número 12.19.13.15.12. En esta fecha, 12 es el número de b'ak'tunes, 19 k'atunes, 13 tunes, 15 winales y 12 k'ines han pasado desde el supuesto origen del mundo. Salvando las diferencias, no es muy diferente de contar 5 días, 11 meses y 2005 años desde el supuesto nacimiento de Cristo.
 
¿Qué se supone que pasará el 21 de diciembre de 2012? Nada. Mal que les pese a alarmistas, no tiene porqué pasar absolutamente nada. Simplemente, en el sistema de la Cuenta Larga se pasa del b'ak'tun 12 al b'ak'tun 13. Nada más. El 26 de marzo de 2407 se pasará del 13 al 14. Es lo mismo que en nuestro sistema gregoriano pasar del segundo milenio al tercero. Sólo son números utilizados para señalar fechas y calcular períodos de tiempo. Los newagers anuncian que será un "cambio de era", pero es erróneo, las eras son otra cosa. Imaginan que se producirá un cambio espiritual en el mundo, un cambio de consciencia en las personas, pero eso no tiene el menor sentido, especialmente si le preguntamos a un chino, a un hindú o a un ateo qué significa para ellos cambiar de año en un calendario que ciertas culturas precolombinas usaban hace cientos de años. Los conspiranoicos, por su parte, asocian este cambio numérico con (¡adivinaron!) el fin del mundo, a manos de algún asteroide, cometa, planeta, terremoto, maremoto, cambio en el eje rotacional de la Tierra, etcétera, etcétera. Otra excusa, pero el mismo verso.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Lo más lógico es ser ateo

Uno de los principales argumentos en contra de la veracidad de las creencias religiosas es justamente la existencia de tantas y tan diversas religiones, cada una de ellas asegurando a sus fieles ser la única y verdadera, la má' linda y má' mejor. ¿Qué debe hacer, ante esta variedad de credos, alguien que profese uno de ellos? Por un lado, es igual de ilógico,
  • que acepte las creencias de los demás, porque si de verdad cree que la suya es la única y verdadera religión, ¿puede así como así aceptar que otros crean algo distinto o incluso opuesto? Ciertamente es preferible a la discriminación y la persecución religiosa, pero no por eso deja de ser ilógico. Es lo mismo que si alguien nos dijera que la Tierra es cuadrada y nosotros lo aceptáramos porque somos "tolerantes".
  • que no acepte las creencias de los demás, ya que por mucho que crea, por profunda que sea su fe, no hay forma de que pueda estar seguro de que su religión sea verdadera, de que lo que sus libros sagrados dicen sea cierto o siquiera de que su dios exista. Por supuesto, las personas religiosas están seguras de su fe, pero eso es porque no la cuestionan.

Por el otro -y, de nuevo, ante la enorme variedad de religiones que existen y existieron, algunas verdaderamente ridículas- ¿en base a qué decidimos en cual creer? ¿Examinamos las evidencias, recurrimos a la lógica, usamos el pensamiento crítico? Por supuesto que no. El asunto lo decide el azar. Todo depende de cuándo y dónde nacemos. Un bebé nacido en una familia cristiana, judía, budista, musulmana, católica, evangelista, mormona o taoísta tendrá más probabilidades de profesar la misma fe que su familia, que seguramente se encargará de inculcársela. 
Una muestra de la variedad de religiones

Como siempre, lo más lógico es ser ateo.

Distribución geográfica de las principales religiones












martes, 4 de diciembre de 2012

La estatua que cura cáncer y amputa piernas

Para los creyentes, suele ser así. Las cosas buenas son obras de sus dioses y las malas son culpa de la gente, aunque algunos ven las desgracias como parte de algún "gran plan". Ese último no es el caso de este hombre de Nueva York, que está demandando a su iglesia por un accidente en el que perdió una pierna.
 
David Jiménez fue a rezarle a una estatua porque su esposa tenía cáncer. Como la enfermedad remitió -algo no tan inusual y para nada milagroso- el hombre decidió que era obra de su dios y quiso devolverle el favor limpiándola. Así que el 31 de mayo de 2010 fue a la iglesia y se puso a limpiar la estatua de piedra de casi 300 kilos. Por desgracia (mejor dicho, por negligencia), ésta estaba mal sostenida y se le vino encima, destruyéndole una pierna al punto que debió ser amputada. Entonces, como una cosa es ser creyente y otra es ser tonto, el hombre le hizo un juicio a la iglesia. Ahora, ¿a quién estará rezando Jiménez para que la Corte falle a su favor?

La estatua que cura cáncer y amputa piernas
Hace poco, luego del huracán Sandy, mencionábamos el caso de una estatua en Queens que quedó en pie a pesar de que todas las construcciones cercanas habían sido arrasadas. Para muchos creyentes se trató de un milagro y, en lugar de preguntarse porqué su dios no salvó a las muchas personas que perdieron la vida en ese desastre, le agradecían haber salvado la estatua y lo tomaron como un mensaje de que no hay que perder la fe o algo así. Así que, si una estatua se salva es gracias a Dios; si un cáncer de ovarios remite, también. Pero las tormentas tropicales son causadas por la naturaleza y los accidentes se deben a causas humanas. Simple, ¿no?

sábado, 1 de diciembre de 2012

Lo que no me gustó de la película Red Lights

Luces Rojas trata de un grupo de docentes universitarios que se dedican a enseñar e investigar sobre fenómenos paranormales. Son llamados por supuestos psíquicos para visitar casas supuestamente embrujadas y analizan las presentaciones de afamados psíquicos o telépatas para buscar los trucos detrás de sus "poderes". La película no deja de ser recomendable, principalmente por el suspenso y las actuaciones.

*****Empiezan los Spoilers*****

La primera media hora es como ver una película escrita por Carl Sagan y James Randi (¡qué dúo hubiera sido ese!), pero en ningún momento se los menciona ni reconoce de ninguna manera. Incluso durante una de sus clases -truncada por una mala noticia- Buckley estaba haciendo la misma demostración de la invalidez de la astrología que James Randi hizo en varias oportunidades. Aquí, el video del experimento hecho por Randi, también en un salón frente a una clase:
 
Durante la película, la Dra. Matheson y su ayudante también explican cómo hacer "levitar" una mesa durante una sesión de espiritismo, encuentran quién se ocupaba de hacer ruidos en habitaciones supuestamente vacías, descubren la transmisión de radio que ayudaba a un falso psíquico. Con una breve mirada, encuentran el truco en una fotografía de un hombre aparentemente hindú supuestamente levitando y sin mosquearse encuentran la falla en un experimento que parecía indicar que alguien tenía poderes telepáticos. Incluso aparece el famoso truco de los "cirujanos psíquicos" filipinos, pero no se da ninguna explicación. Quizás a los guionistas les pareció un truco tan burdo que sólo Claudio María Domínguez podría creérselo.

Cuando aparece Silver, la película empieza a decaer. La música, la filmación y el guión hacen parecer a Silver casi como demoníaco, pero la realidad es que en la lucha -académica- entre la ciencia y la magia, el escepticismo versus el misticismo, no hay malvados supervillanos. Los personajes como este son solo charlatanes y farsantes viviendo sus 15 minutos de fama a expensas de la credulidad de la gente.

La historia de la tragedia que sufrió Matheson años atrás y que fue lo que llevó a perder su fe era innecesaria. Supongo que en la película esto contribuye a crear empatía con el personaje, pero es insistir con el mito de que las situaciones extremas -y no la simple racionalidad- son las que determinan nuestras creencias o la falta de ellas. "Todos son ateos hasta que el avión empieza a caer". "Cuando sobreviví al cáncer comencé a creer".

Los científicos de la universidad quedan como idiotas. El reflejo de las cartas en los anteojos era algo demasiado obvio, lo mismo que el reloj de Silver. Cualquier supuesto experto en buscar fraudes lo habría visto. Ni hablemos de que su ceguera es lo primero que deberían haber corroborado. Además, ningún científico que se precie va a firmar en sólo unos pocos días y después de un par de ensayos tan inconcluyentes un documento donde asegura haber encontrado pruebas de poderes paranormales. Es suicidio acedemico. 

Obviamente, no me gustó el final. Me hizo acordar a Sexto Sentido, o a Unbreakable, de M. Night Shyamalan. En ese tipo de películas hubiera quedado perfecto, pero este no es el caso. Toda la película explicando el daño que hacen las pseudociencias y los curanderos justamente porque son falsos, para que al final el protagonista sea realmente psíquico y haga una demostración de telequinesis al mejor estilo Carrie.