lunes, 14 de mayo de 2012

Algunas reflexiones sobre el aborto


Como esta es la primera vez que escribo sobre el tema, quería aclarar mi posición en cuanto al aborto: creo que se debe respetar el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos, sin que nadie les diga lo que deben hacer o no. Después, si queremos disminuir al mínimo los embarazos no deseados (y, de paso, las enfermedades de transmisión sexual), la solución no es que éstos sean ilegales, sino que debería ser prioritario que de una vez por todas haya en todas las escuelas del país -y del mundo- una educación sexual seria, completa y responsable, libre de mitos, culpas y dogmas religiosos. Además, los métodos anticonceptivos deben estar disponibles y accesibles para todas las personas, y la sexualidad y la anticoncepción deben dejar de ser temas tabú, como lo son hoy para tanta gente.

No comparto las distintas posiciones antiabortistas que he visto hasta ahora: no creo que un embrión de unas pocas semanas sea una persona, no creo que tenga derechos, ni que haya que defenderlo de nada por el hecho de que no tenga la culpa de nada (esto puede parecer una obviedad, pero la inocencia de los embriones es un argumento muy usado en contra del aborto). Es decir, no comparto en absoluto que interrumpir un embarazo sea un asesinato. Mucho menos estoy de acuerdo con la muy habitual propuesta de que, ante un embarazo no deseado, se obligue a las madres a completar el embarazo, tener a sus hijos y luego regalarlos.

Ahora, claramente no es lo mismo realizar un aborto en un embarazo de 4 semanas que en uno de 30, así que, sí, debe haber un límite. Pero éste debe ser decidido por médicos y especialistas en el tema, no por filósofos, religiosos ni políticos. Hoy se habla de limitar la posibilidad de abortar hasta las 12 semanas. Esto, claro, a menos que en una etapa más avanzada, los médicos consideren necesario interrumpir el embarazo por algún riesgo para la salud de la madre o algún otro motivo. Sin embargo, es frecuente encontrarse con intentos de sumar gente a la causa antiabortista por medio de publicidades engañosas, como imágenes de madres con grandes panzas, obviamente en estados avanzados de gestación, o de bebés recién paridos y un cartel con alguna frase del estilo de "no me mates".

También se suele discutir mucho sobre las causas ante las cuales cada uno estaría de acuerdo o no con que se realicen los abortos. Personalmente, no creo que los motivos sean asunto de nadie más que la mujer embarazada y, a lo sumo, el padre. Seguramente hay razones con las que estaríamos de acuerdo y otras con las que no, pero eso no es suficiente para decirle a nadie lo que debe o no hacer. Por ejemplo, uno pensaría que pocas personas estarían en contra de que una chica de tan solo 11 años -para colmo violada por un familiar- aborte lo antes posible. Sin embargo, hay gente que lo está, incluso en casos tan aberrantes como este.

Una de las teorías dominantes entre los antiabortistas es que, de legalizarse el aborto, hombres y mujeres dejarían totalmente de lado todos los métodos anticonceptivos, con la tranquilidad de que, ante un embarazo no buscado, podrán deshacerse del indeseado producto sin mayores problemas. De ninguna manera comparto esta visión. Simplemente no creo que nadie desee abortar así porque sí, ni se sienta feliz al hacerlo.

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