jueves, 17 de mayo de 2012

Sobre la reciente Ley de Muerte Digna

Sobre la Ley de Muerte Digna
El tema de la necesidad de una ley de muerte digna resurgió en Argentina a raíz del caso de Camila Sánchez, una beba que nació muerta el 27 de abril de 2009 a causa de una mala praxis. Los médicos la reanimaron, pero ya era tarde. Camila respira y se alimenta de manera artificial, no se mueve, ninguno de sus sentidos funciona y no tiene conciencia. Desde entonces, sus padres reclaman una ley que permita a su hija morir con dignidad, en lugar de seguir indefinidamente conectada a máquinas y tubos, como hace ya tres años, sin ninguna esperanza de que su estado cambie.

Hace pocos días, y después de varias idas y vueltas y la presentación de muchos proyectos (recomiendo leer sobre este debate en Alerta Religión), se aprobó esta esperada ley que reconoce el derecho de los pacientes a:
  • decidir si desean aceptar o rechazar los tratamientos, 
  • dejar directivas anticipadas sobre su salud a través de una declaración de voluntad,
  • estar correctamente informados de su real estado de salud, los tratamientos posibles y sus consecuencias,
  • rechazar la hidratación o alimentación cuando esto tan sólo sirva para prolongar un estadio terminal irreversible o incurable. 
Esto, cabe aclarar, no significa dejar de controlar la salud del paciente, ni interrumpir los tratamientos destinados a aliviar el sufrimiento, ni es tampoco una ley sobre eutanasia, que sigue sin ser legal en Argentina.

La Iglesia Católica ha estado siempre en contra de este tipo de leyes que nos hacen creer que podemos decidir sobre nuestros propios cuerpos. Varios de los palos puestos en la rueda para la sanción de esta ley fueron puestos por algunos de sus representantes, como Cinthia Hotton, una evangélica pentecostal fundamentalista, Liliana Negre de Alonso, una ultracatólica miembro del Opus Dei, el Opus Dei mismo, a través de sus dependencias y organizaciones pertenecientes a la Iglesia. Así que, a primera vista, podría parecer interesante que la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) en su comunicado del 16-05-2012 diga:
"En la llamada ley de Muerte Digna creemos que se ha avanzado en aspectos referidos a la proporcionalidad de los medios a utilizar en enfermos terminales, que eviten un encarnizamiento terapéutico. Mantener una vida con medios artificiales no siempre es moralmente obligatorio. Es destacable, también, la importancia dada a la voluntad del paciente y de sus familiares, como parte de los derechos personalísimos del enfermo. El rechazo de estos medios artificiales no sólo es válido, puede ser recomendable." 
(Como no podían dejar de mencionarlo, agregan: "Valoramos, por otra parte, la prohibición de la eutanasia." Pero bueno, ¿qué se podía esperar?) Sin embargo, leyendo más abajo vemos que nada ha cambiado en la CEA: "Lamentamos, sin embargo, que entre estos medios se haya incluido el posible rechazo de la “hidratación y alimentación”, como si fueran medios desproporcionados, siendo, por el contrario, un acto humanitario que hace a una muerte digna. Su privación, en cambio, sería una eutanasia pasiva." Si la eutanasia fuera legal, no haría falta dejar de comer y beber para poder morir dignamente. Pero claro, lo olvidaba, nuestros cuerpos no son nuestros.

Una herramienta de la que se valen los representantes de la Iglesia Católica cada vez que salen este tipo de leyes que tanto los asustan, es recordar a sus fieles que pueden recurrir a la objeción de conciencia para negarse a participar de estas diabólicas prácticas: casar personas del mismo sexo, realizar abortos, o, en este caso, dejar morir a alguien. Esperemos que no sean muchos los médicos que se nieguen a acatar la ley.
 
Para terminar, el comunicado dice: 
"Hemos creído conveniente expresar nuestro juicio y reflexión con el debido respeto y como un servicio, en orden a colaborar “e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos” (Benedicto XVI, discurso en Westminster Hall, 17/9/2010), que actúan como fuente de toda normativa justa."
Mejor no opino sobre cómo le gusta a Benedicto iluminar y aplicar la razón, ni sobre sus nociones de moral, ¿no?

(El comunicado también se refiere a la ley de identidad de género, pero eso lo dejo para otro post.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos los comentarios son bienvenidos. Si entrás como anónimo, por favor dejá algún nombre o seudónimo.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.