Me encontré hace poco con la página Placeres Perfectos. La misma es dirigida por una sexóloga con estudios de teología y su marido, un abogado y pastor evangélico de la Iglesia de la Ciudad, con sede en Resistencia, Argentina. Ambos están "abocados a la educación sexual a través del ministerio 'Restauración Sexual'." Habrá que ver a qué le llaman restauración, pero desde su web nos acercan un montón de recomendaciones sobre cómo llevar nuestra sexualidad y ser buenos cristianitos. Como del aire no se vive -pero de la religión aparentemente sí-, también nos venden sus libros, CDs y DVDs.
La página está llena de notas y documentos que dan para mucho análisis, así que voy a ir de a poco. Para empezar, tomemos uno de sus artículos que habla de travestismo y sexualidad. Desde los primeros párrafos recomiendan -no sin una buena dosis de condescendencia- tratar a la persona travesti con respeto, es decir, no considerarla un extraterrestre.
"La identificación que esa persona haga de sí misma es la que usaremos para referirnos a ella. Si es un hombre vestido de mujer y dice llamarse Lola, la llamaremos Lola. De esta manera expresamos un verdadero respeto, no hacia el nombre sino hacia la persona portadora de ese nombre, sea femenino o masculino."
Por un momento parecen seguir casi bien, recomendando que se trate a estas personas "como a cualquier otro creyente nuevo". Pero después derrapan diciendo "El que no tengamos un problema en lo sexual no significa que seamos mejores cristianos." Como siempre, con o sin posgrados en sexología, los cristianos, y en especial los evangelistas, siempre consideran a las minorías sexuales como enfermos.
Más abajo, queda en claro que el objetivo de tratarlos con ese falso respeto es ganar su confianza es convencerlos de que lo están, y de que deben "curarse".
"Si ha de ocurrir un cambio, debe existir una razón más fuerte que la simple aceptación social. [...] a menos que Dios haga un cambio instantáneo (lo cual puede ocurrir), a muchas les llevará tiempo despertar a la obediencia y a la comunión con el Espíritu Santo."
"A medida que vayan creciendo en su relación con Cristo, las personas travestidas irán cambiando su comportamiento; pero nada ocurre por presión religiosa, todo debe surgir por voluntad propia en el deseo de obedecer al Espíritu."
Quienes se acerquen a estos "ministerios" buscando ayuda, sepan que no la va a encontrar. Lo que sí van a encontrar es un grupo de gente que se cree superior, que cree tener la verdad absoluta y que los va a querer convencer de que deben vivir sus vidas según sus interpretaciones de la Biblia, de que hay una sexualidad "correcta" y de que todo lo demás es incorrecto, enfermo, desviado, antinatural o pecaminoso.
Cierro con un comentario de un lector en esa web:
"Podemos comprobar, que la homosexualidad es cuestion de espiritus inmundos, pues quien debe hacer la discipulacion de un Travesti u homosexual, debe de ser un Cristiano bien preparado y maduro en el caminar de la Palabra de Dios."
Viva la tolerancia cristiana y el amor al prójimo.
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