viernes, 21 de junio de 2013

El murciélago y la cruz

El símbolo de Batman de 1989
Tiempo atrás dediqué un post a comparar el Batman viejo y el nuevo, es decir, el film de Tim Burton de 1989 y el de Christopher Nolan de 2005. Una pequeña diferencia que dejé para otro momento es ni más ni menos que internet. Antes de la época de la www, los productores de la primera recurrieron a la estrategia publicitaria de masificar el símbolo de Batman. Es así que por esos días podíamos ver el logo amarillo y negro hasta en la sopa: mochilas, remeras, billeteras, CDs, revistas y un largo etcétera. Recuerdo que poco antes del estreno se difundían los resultados de encuestas que mostraban al emblema del murciélago entre los símbolos más reconocibles en todo el mundo. Otro de ellos, a la cabeza de la lista, era la cruz cristiana. 
Un Cristo bastante sangriento
La forma del murciélago tenía por objetivo infundir miedo a los criminales. La cruz, el símbolo que más popularmente identifica a la religión con más seguidores en el mundo, no provocaba originalmente menos temor: su imagen representa -no creo que ningún lector lo ignore- uno de los instrumentos de tortura más crueles que la mente humana haya concebido, utilizado por persas, asirios y posteriormente romanos. Éstos últimos la usaron para castigar de forma ejemplar a esclavos, criminales, soldados capturados y otros enemigos de Roma, hasta que Constantino (sí, el mismo emperador que impuso al cristianismo como religión oficial del imperio, en parte por motivos políticos y en parte para no tener que asesinar a su propia madre) decidió abolir su uso. De todas formas, no es que a los romanos les faltaran formas de matar personas (y más adelante el catolicismo medieval fue aun más inventivo).

Al igual que las naciones, las religiones siempre han usado emblemas para diferenciarse unas de otras. También les sirven -a las religiones- para masificar sus doctrinas e identificar a sus fieles, así como para amedrentar no sólo a sus enemigos, sino también a sus seguidores cuando no se comportan como deben. La espantosa imagen del Cristo torturado y moribundo clavado en la cruz es un recordatorio permanente no sólo de lo que (según el catecismo) él sufrió por nosotros, sino también del tipo de dolor que nos puede esperar si le damos la espalda a su fe y terminamos en el Infierno.

Si bien el miedo (no a la muerte -que los creyentes suelen más bien ansiar-, sino a perder su lugar en el Cielo, a la condena eterna de su alma inmortal en el Infierno y, por ende, al dolor físico que allí suponen que sufrirían eternamente, a pesar de no tener cuerpo) es la base misma de su fe, no todos los cristianos reconocen este hecho e insisten en que se trata de una religión inspirada por -y dedicada a- la paz y el amor fraternal (esto es común a todas las religiones; ninguna reconoce el daño que causa), y que eso es lo que representa la cruz. Sin embargo, basta recordar las Cruzadas, la Inquisición y todas las “guerras santas” para imaginar el terror que su visión debía haber provocado (*). En aquellos casos, los atemorizados eran los infieles (otra forma de decir no cristianos) y herejes (otra forma de decir aquellos que desafiaban las doctrinas cristianas, aunque en esa categoría era común que cayera algún inocente de ese crimen que, para su desgracia, había enemistado a la persona equivocada), que eran torturados y muertos o quemados vivos públicamente. Hoy, como la Iglesia no puede (más por una cuestión de imagen que por falta de ganas, estoy seguro) seguir con esas prácticas, este temor es reservado para todos aquellos que pequen, que no es más que otra forma de decir todos aquellos que no vivan sus vidas de acuerdo a los caprichos de esa religión y sus representantes terrenos. 
"Si Jesús hubiera muerto en la silla eléctrica"
¿Habrá imaginado alguna de las incontables víctimas del staurós que pequeñas versiones a escala del mismo algún día serían llevadas por las personas en pulseras, collares, tatuajes, remeras y un larguísimo etcétera, no sólo como objeto de culto, sino también como suvenires o como simple decoración? ¿Que sería una moda, un objeto de merchandising que bien podría ser parte de la promoción de una película? ¿Tendrán en cuenta quienes cuelgan esa imagen morbosa en los espejos de sus autos o en las paredes sobre sus camas e incluso en las habitaciones de sus niños o en los hospitales, que la cruz se usaba para asesinar gente por medio de una agonía terrible que podía durar varios días? Puedo imaginar dijes y rosarios con forma de ruedas o toros (otros instrumentos medievales usados para infligir dolor) pero, si a Jesús lo hubieran -siempre según el cuento bíblico- torturado y asesinado en un potro, ¿llevarían colgada sus seguidores de hoy la figura de una mesa de tortura? Yo supongo que sí. Y sería igual de lamentable. 
Es digna de mencionarse también la ironía de que, mientras que la existencia de Jesús nunca fue demostrada y pocos creyentes la cuestionan, el uso del “madero de tormento” para torturar y asesinar hombres y mujeres sí está perfectamente documentado. Abstraídos (repito que no creo que ignorantes) del dolor y muerte que causó a millones de personas reales, los cristianos más devotos se postran ante la cruz y lloran por el sufrimiento de un ser muy posiblemente ficticio. Claro, uno era el hijo de su dios: los demás eran sólo seres humanos. (**)


(*) Mencionar las Cruzadas y la Inquisición es una mera simplificación, ya que la Iglesia Católica ha llevado adelante, auspiciado o bendecido todo tipo de guerras, conquistas, genocidios y dictaduras. Las Cruzadas, específicamente, fueron sangrientas campañas militares impulsadas por la Iglesia y llevadas a cabo entre los siglos XI y XVI contra los musulmanes, eslavos paganos, judíos, cristianos ortodoxos griegos y rusos, mongoles, cátaros, husitas, valdenses, prusianos y, principalmente, contra los enemigos políticos de los papas.

La Inquisición fue un conjunto de instituciones creadas cerca del siglo XII con el objetivo de combatir la herejía y la proliferación de otras sectas y religiones. Todo aquel que violara las leyes canónicas corría el riesgo de ser “investigado”, lo que habitualmente quería decir torturado. Con el correr del tiempo su actividad se expandió también a la cacería de brujas. La Inquisición perdura hoy en día (aunque ya no se dedican a torturar, al menos no físicamente), después de haber sido renombrada varias veces, bajo el nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe.

(**) Esta abstracción de lo humano en beneficio de lo divino es uno de los peores y más comunes aspectos de las religiones. El dolor propio y de los demás no importa tanto cuando uno está seguro de que después del mismo irá al Paraíso por toda la Eternidad.


2 comentarios:

  1. Recuerdo haber leído en "Perder la Fe en la Fe", de Dan Barker, que la crucifixión no se usaba en el imperio romano alrededor del año 30; sino que se usaba una estaca (la misma idea, pero sin extender los brazos), por lo que era muy improbable que Jesús (de haber existido) hubiera sido crucificado...

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    1. Sí, hay quienes teorizan que el instrumento usado en esa época era un poste, o estaca, y que la cruz es en realidad una adaptación del anj egipcio, un símbolo o jeroglífico que significaba "vida". Pero es una de muchas teorías.
      http://en.wikipedia.org/wiki/Instrument_of_Jesus%27_crucifixion

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