El sábado 14 de enero de 2012, un nutrido grupo de integrantes del Círculo Escéptico Argentino, con representantes de la Ciudad de Buenos Aires y de Rosario, visitamos el Museo Ovni. El mismo está ubicado en la ciudad entrerriana de Victoria y es dirigido por su fundadora, Silvia Pérez Simondini y su hija Andrea. Si bien hasta hace poco tiempo el museo funcionaba en un garaje particular, actualmente tiene su lugar propio en lo que solía ser un salón de fiestas de la localidad.
Esta visita nos dio mucho material para escribir. En ese momento yo todavía no había empezado con Popurrí, pero de todas formas me puse a escribir y le mandé el material a Pablo, que lo complementó, editó y dividió en cinco entradas para la página del CEA. Ahora, para inaugurar el tema ufología en este blog, qué mejor que revivir esa experiencia, por momentos casi bizarra, publicando aquellas impresiones.
Antes de empezar con la descripción del Museo, una nota personal. No sólo no critico a quienes se reunen con amigos y salen cada tanto a pasar la noche acampando en la isla o en Córdoba, llevando cámaras y esperando ver ovnis, si no que me encanta la idea y me les uniría feliz de la vida. La diferencia es el enfoque. En general, el buscador de ovnis ya está convencido de que éstos existen y, por lo tanto, inconscientemente va a "querer" que cualquier cosa que vea sea un ovni. Para mí, no hay, hasta el presente, evidencias confiables ni definitivas de la existencia de naves extraterrestres visitando la Tierra. Eso no significa que esté mal que haya gente que los siga buscando. Mi crítica (para ser suave) es a quienes, como se verá más abajo, trata de engañarnos, haciendo afirmaciones falsas con el único fin de abusar de nuestra confianza para ganar dinero.
El Museo
Escultura similar al Alien |
Desde la fachada misma nos vamos dando cuenta de que más que en un
museo, estamos entrando en un pequeño parque de diversiones, algo así como el
Tren Fantasma o el Laberinto del Terror del Parque de la Independencia, de
Rosario. Apenas entramos, nos recibe un ovni dibujado en madera, con un
tripulante extraterrestre sin cara, para que nos saquemos las obligadas fotos.
Frente a él, una escultura de un ser muy parecido a la magistral obra de H. R.Giger, Alien.
En el mostrador, la señora Simondini nos cobra la entrada e indica que el
audiovisual está por comenzar. Todo lo que necesitaba saber sobre el museo, lo
comprobé en los quince pasos que lleva atravesar la sala principal para llegar a la sala abierta de proyección de videos. Después de la
proyección, hicimos una observación más detallada.
En un rincón de la sala hay un telescopio, como para mostrar un típico
instrumental usado en la observación de ovnis, aunque no llego a imaginar su
utilidad. Para observar fenómenos dentro de la atmósfera terrestre, más aún si
se trata de objetos en movimiento, lo más recomendable es un buen par de
binoculares.
En una de las paredes, recortes de diarios enmarcados relatan noticias
de avistamientos en Victoria y otras ciudades. Una vitrina contiene la famosa
“chapa ovni”, la esfera de Casilda (ver detalles más abajo) y otros objetos no
relacionados, como el pie de una momia de Perú.
Hay cuadros con reproducciones de dibujos hechos por indígenas, que
muestran seres humanos con varios ornamentos. Según la inscripción en la base
del marco, representan "piedras radiactivas y seres con cascos". Ningún cartel
dice de dónde son los dibujos, quiénes los hicieron ni en qué se basan para hacer esas suposiciones, aunque seguramente se relacione con la teoría de los Antiguos Astronautas. Otro de estos cuadros
muestra una vieja y deslucida fotografía de los famosos colosos de la Isla dePascua, los Moáis. Sin mayores explicaciones sobre los mismos, la inscripción
dice (textualmente): “Como han sido movidos, colocados erguidos? Visitantes de
planetas extraños pudieran anular la ley de gravedad?”Las teorías científicas sobre cómo fueron hechos y colocados en su sitio actual los colosos son varias, pero no creo que ninguna incluya la anulación de la gravedad.
Vasijas y objetos varios |
Otros cuadros muestran fotografías de supuestos avistamientos, siempre
con la falta de nitidez característica de estos casos. Las tarjetas escritas a
máquina y pegadas en la base o los costados de las fotografías nos indican lo
que, a falta de evidencias y de detalle de las fotografías, debemos creer.
En otra pared, una estantería está repleta de objetos: vasijas,
estatuitas, restos de animalitos en cajitas o frascos, etc. Pocos de ellos
tienen alguna supuesta relación con los ovnis.
Para aumentar el desconcierto y la duda sobre la seriedad del museo, el
escritorio que hace las veces de recepción y cobro está repleto de figuras de
juguete o de colección que representan a una amplia variedad de extraterrestres
de la ficción del cine, las historietas y la televisión. Desde los agentes
Mulder y Scully, hasta el gran Maestro Yoda, pasando por los sanguinarios
invasores de Día de la Independencia y otros que no conozco.
El salón de al lado funciona como bar, y sus paredes están empapeladas
con afiches de películas, series de TV, congresos de ovnilogía, e incluso
publicidades de desodorantes. También hay una biblioteca, supuestamente una
fuente de conocimiento sobre el tema, pero que está relegada a un rincón del
bar y a la que nadie presta atención. Contiene muchas novelas de ficción sobre
el género y algunas carpetas.
Videos de avistamientos
Apenas ingresamos ya se había proyectado un primer audiovisual y
llegamos a tiempo para el segundo, que era una sucesión de videos de supuestos
avistamientos.
La mayoría de las imágenes mostraban esferas plateadas moviéndose en el
cielo. En muchos casos, las mismas seguían trayectorias irregularmente
descendentes, desordenadas. Otras parecían flotar y desplazarse juntas hacia
adelante, pero no todas a la misma velocidad. En uno o dos casos se veía una formación
en “V” y en otros una formación lineal. Los casos más sorprendentes mostraban
un objeto central del cual rápidamente se desprendían muchos otros hacia ambos
lados. Varios de estos videos se pueden encontrar en Youtube. Algunos de estos
fenómenos pueden ser explicados como bandadas de aves o varios globos inflados
con helio y atados entre sí con largos hilos, por ejemplo. Durante el audiovisual no se mostró ningún
análisis de las imágenes que habíamos visto y siempre se
dio por sentado que son naves extraterrestres.
El “cambio de era”
Al finalizar este video, la señora Simondini se acercó a la sala, se
presentó y acto seguido dio una charla sobre varios tópicos.
Lo primero de lo que nos enteramos es de que en este año va a haber un
evento de magnitud planetaria. Según nos relata, “lo que se creía que iba a ser
el fin del mundo, en realidad va a ser un cambio de era.” A esto agrega que “se
suponía que iba a ocurrir el 21 de diciembre de 2012, pero ahí hubo un error,
va a ser en mayo. Eso es porque los que hicieron el cálculo usaban el
calendario anterior (el Juliano) y ahora usamos el calendario Gregoriano.”
Aquí cabe preguntarse si está bien hecho el cálculo y quién y cómo lo
hizo, pero mucho más importante es preguntarse qué significa este supuesto
cambio de era. Como sabemos, una era es simplemente un período de tiempo
arbitrariamente definido, cuya duración es variable según su uso
(geología, historia, etc). La pregunta no tuvo respuesta. En cuanto a qué vendrá después de ese supuesto cambio, nos contestaron “Dios dirá.” El proceso, afirma, llevará tres días y durante ese período no habrá luz por dos
motivos: el Sol se tornará oscuro y la electricidad “pasaría a ser fotónica.”
Me encantaría preguntarle a la señora qué significa eso, pero temo la respuesta. Tras este anuncio,
Simondini instó al público a almacenar agua y comida para pasar ese período de
oscuridad. Recomendó con especial énfasis acumular cirios, pero no por algún
motivo espiritual, sino porque son velones grandes que duran más tiempo.
El fundamento de este evento no es menos sorprendente. Según nos contó
Simondini, en el Sol hay explosiones nucleares cada once mil años y las mismas
afectan a todo el Universo, sobre todo a los planetas de nuestra galaxia. Más
tarde agregó que la Tierra está entrando en la cuarta dimensión y que luego
vendrá la quinta y así sucesivamente. Como frase final, a la que no dio muchas
explicaciones, dijo que lo que hacen los humanos “afecta a todo el Universo.”
En este punto, realmente me costaba mantener la calma. Una mujer sin
ninguna noción de astronomía, es decir, que desconoce totalmente cómo está
formado el Universo Conocido y las leyes que lo gobiernan, nos dice que nos
preparemos para una especie de cataclismo por motivos poco menos que
irrisorios. ¿Cuánta gente le va a hacer caso? ¿Cuánta gente habrá vuelto
preocupada a su casa después de escuchar estas cosas? ¿Pensarán realmente
seguir sus consejos? Es muy peligroso infundir este tipo de miedo en la gente.
Y es vergonzoso que sea sólo para obtener un beneficio económico. Si alguien
realmente creyera esto, no lo diría sólo a quienes paguen la entrada, para irse luego tranquilo a tomar mate a la plaza. Como dijo Carl Sagan,
afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias. Este es un
claro ejemplo de afirmaciones inverosímiles sin prueba alguna.
Unas breves explicaciones sobre astronomía. El Sol es una estrella, una más de las
miles de millones que existen en nuestra galaxia, llamada Vía Láctea y que es,
a su vez, una de las cientos de miles de galaxias existentes en el UniversoConocido. Hasta donde sabemos, el Universo es infinito. Lo que llamamos
Universo Conocido tiene miles de millones de años luz de longitud y es la
porción que los humanos hemos podido observar con todos los instrumentos de que
disponemos. Queda claro que pretender que lo que le suceda a nuestro pequeño e
insignificante Sol afecte a todo el Universo, o tan siquiera a toda nuestra
galaxia, es ridículo. Lo que le suceda
al Sol, sólo afectará a los planetas del Sistema Solar, sus lunas, asteroides y
algún que otro cometa. Lo mismo se aplica a lo que hagan los seres humanos en
nuestro pequeño e insignificante planeta Tierra. Hagamos lo que hagamos, jamás
podremos afectar a todo el Universo ni mucho menos a toda nuestra galaxia. Además, en el Sol -así como en todas las demás estrellas- hay explosiones
nucleares constantemente, no cada once mil años. (Al preguntarle alguien del
público porqué se debía almacenar comida en paquetes y no en latas, la Sra. Simondini
advirtió que es porque las latas, ante las explosiones nucleares, explotarían.
De más está decir que si estuviéramos lo suficientemente cerca de una explosión
nuclear como para que nuestra lata explote, nosotros también explotaríamos.)
Todo esto nos fue explicado con toda seriedad. Simondini varias veces
afirmó que los científicos de todo el mundo están muy preocupados por esto,
aunque nunca citó nombres, instituciones o publicaciones científicas. A tal
punto están preocupados, afirma, que en Estados Unidos y varios países más se
están construyendo ciudades bajo tierra. Como ejemplo de cómo los aborígenes
sabían sobre esto (es típico utilizar la falacia de que los pueblos antiguos siempre sabían más que nosotros), cuenta que los comechingones vivían largos períodos bajo
tierra. En realidad, las viviendas de los comechingones eran de piedra y la mitad estaba por debajo del nivel del terreno para mantenerse templadas durante el invierno y frescas en verano. Hay pueblos y ciudades en muchos países que tienen galerías, comercios e incluso viviendas subterraneás por este mismo motivo. El ejemplo más conocido es Montreal.
Las esferas
Uno de los objetos preciados del museo es una esfera que se encuentra
en una vitrina. Según la inscripción, la esfera perteneció a la Salyut 7.
Textualmente:
“Salyut
7 (ruso: Салют-7;
Inglés: Saludo-7), (también conocido como DOS-6 fue una estación espacial
puesta en órbita terrestre baja, lanzada en abril de 1982 y con reingreso en
febrero de 1991.
Fue tripulada por primera vez
en mayo de 1982 con una tripulación de dos cosmonautas, a través de la Soyuz
T-5, y por última vez en junio de 1986, por la Soyuz T-15. Un total de 12
cosmonautas, fueron parte de su tripulación y 15 los módulos que se utilizaron
durante su vida útil.
Fue parte del Programa Salyut
de la Unión Soviética, y puso en marcha el 19 de abril de 1982, con un cohete
Protón desde 200/40 del sitio en el cosmódromo de Baikonur en la entonces Unión
Soviética. La Salyut 7 fue parte de la transición de la “monolítica” las estaciones “modulares” que se lanzaron al
espacio, actuando como banco de pruebas para el acoplamiento de módulos
adicionales y ampliar las operaciones de la estación.
Esta es una esfera, de lo que
sería uno de los tanques de Hidracina de la sonda recuperada en la localidad de
Casilda, Provincia de Santa Fe.
La pieza, fue donada por el
arqueólogo Evaristo Aguirre, a través de una gestión del investigador de Visión
Ovni, Walter Vergara.”
Según Wikipedia, “El 7 de febrero de 1991, a las
01:00 (hora local), los restos de la Salyut 7 cayeron en Argentina, impactando
gran parte de su fuselaje en los Andes, Buenos Aires y Entre Ríos. Para evitar
accidentes, los controladores pusieron a girar la nave, tratando de controlar
el impacto y de que éste se hiciera en el Océano Atlántico. Obviamente fallaron
todos esos intentos, y el complejo satelital cayó convertido en una bola de
fuego. [...] Entre los restos también se encontró la sección de la escotilla, caída
en la provincia de Entre Ríos, y parte del fuselaje y paneles con gran cantidad
de componentes electrónicos. [...] Algunos fragmentos incendiaron un basurero en
Puerto Madryn, Chubut, otros fueron a parar en una zona cordillerana de San
Juan y también cayeron en el océano Atlántico. En la localidad de Piedritas,
provincia de Buenos Aires, el policía Leandro Rodriguez recogió una esfera
metálica y otras esferas fueron recuperadas Venado Tuerto y Firmat, provincia
de Santa Fe.”
En uno de los videos, Simondini nos muestra su
encuentro con un cosmonauta ruso durante el Congreso Ovni de 2007. Según
Simondini, el cosmonauta se incomoda y no sabe qué decir cuando ella le muestra
fotos de la esfera caída en Casilda y que ella tiene en el Museo en Victoria.
Según ella, este gesto de incomodidad tiene relación con los ovnis. A mí me parece mucho más probable que se haya sentido incómodo (si es
que así fue) por la vergüenza de que los encargados de la misión no hayan podido lograr que la estación cayera
en el océano y casi haber causado un desastre al caer sobre el
continente. Hay otros casos documentados de estas mismas esferas cayendo en
otros países e incluso hay testigos que aseguran que una de ellas, al caer del
cielo, mató a una vaca.
La relación entre esta esfera y el Museo Ovni sigue sin
quedar clara (la esfera es, en todo caso, un objeto ya identificado), pero a su lado encontramos una reproducción de la pintura SantísimaTrinidad, de Pieter Coecke van Aelst. En la misma se observa a Jesús sostenido
por Dios, que parece estar sentado sobre nubes. Ambos tienen los pies apoyados
sobre una esfera muy similar al tanque de hidracina de las sondas rusas. La
esfera de la pintura es, en realidad, un orbe papal, figura que simboliza el domino de Jesús (la cruz)
sobre el mundo (el orbe). En esta pintura no existe la cruz, ya que Jesús está
literalmente sobre el orbe. Hay muchos otros ejemplos de pinturas representando orbes similares. No hay ninguna explicación al respecto, por lo que
sólo nos queda suponer lo que la gente del museo pretende que el público crea al
mostrar un tanque de hidracina derruido y roto al lado de una pintura de alrededor
del año 1500 en la que se observa un objeto similar a los pies de Dios.
Simondini insiste en que no se sabe de qué
material son las esferas, aunque admite que son tanques de hidracina, un combustible usado para satélites, misiles y cohetes, por lo
que sería lógico que sus fabricantes sí sepan de qué son. También cuenta que
científicos del Instituto Balzeiro le ofrecieron analizarla, pero que ella se negó a que se
la lleven. Sólo permitió que se hicieran algunos estudios dentro del museo, pero cuyos resultados no muestra al público.
La Chapa Ovni
Chapa y objetos varios |
En otro video, el locutor relata que en una estancia cerca de Victoria,
testigos vieron cinco objetos voladores cruzando el cielo cuando, de repente,
uno de ellos explotó por motivos desconocidos y cayó. El aparato (el locutor
nunca dice “nave espacial extraterrestre”) quedó destruido dentro de un gran
cráter alrededor del cual se encontraron muchos restos rotos. Por algún motivo
que no comprendí, procedieron a sacar el aparato con una gran grúa, taparon el
agujero con tierra e incluso pasaron un arado para que no se note nada. No se
explica qué pasó con el aparato y los restos, pero, según nos cuenta el video,
quedó un pedazo de chapa. Lo primero que hicieron, si
creemos su relato, fue tratar de cortarla. En este momento, el ayudante de Simondini, Pablo Puchet, pregunta al público
qué herramientas utilizaría para cortar la chapa. Una persona sugieren usar una
sierra, otra una amoladora, otra una cortadora con disco de diamante, otra una
autógena, y así sucesivamente. A cada herramienta sugerida, Puchet va
contestando que ya se intentó y no sirvió de nada. Incluso describe cómo
llegaron a intentar utilizar una guillotina de 400 kilos y no sólo no la
pudieron cortar, sino que la hoja rebotó. Por supuesto, nada de esto es
verificable, ni hay fotos o videos que lo comprueben. Otra vez, debemos confiar
en la palabra del relator. Finalmente, lograron cortar la chapa utilizando lo
que describen como “un disco de carbón sólido”.
Detalle de la "chapa ovni" |
Cuando le comunicamos por mail nuestra intención de visitar el museo,
la señora Simondini nos respondió (textual):
“Buenas
noches
Quiero informarle que si el motivo de su visita es por la chapa, no se moleste, ya que la misma por consejo científico, está encerrada y nadie mas la toca, el haber permitido que todo el mundo le saque foto, sucedió que, según los científicos, tuvo fatiga molecular, y se partio sola en dos, dentro de la vitrina en donde estaba guardada todas las noches. Realmente, no me preocupa lo que nadie piense, todos sabemos CIENTÍFICAMENTE, que la chapa es traslúcida, si ud, no lo cree, lo lamento, pero esa es la verdad, le aclaro que tambien ha sido analizada por los científicos de FA Uruguaya, que tampoco lo creían, y se han rendido ante la evidencia.
Por este motivo, le aclaro la situación, para que no haga el viaje de gusto. Lo saludo atte. Silvia Perez Simondini”
Quiero informarle que si el motivo de su visita es por la chapa, no se moleste, ya que la misma por consejo científico, está encerrada y nadie mas la toca, el haber permitido que todo el mundo le saque foto, sucedió que, según los científicos, tuvo fatiga molecular, y se partio sola en dos, dentro de la vitrina en donde estaba guardada todas las noches. Realmente, no me preocupa lo que nadie piense, todos sabemos CIENTÍFICAMENTE, que la chapa es traslúcida, si ud, no lo cree, lo lamento, pero esa es la verdad, le aclaro que tambien ha sido analizada por los científicos de FA Uruguaya, que tampoco lo creían, y se han rendido ante la evidencia.
Por este motivo, le aclaro la situación, para que no haga el viaje de gusto. Lo saludo atte. Silvia Perez Simondini”
El lenguaje del mail es el típico del pseudocientífico: no hay que ser
escéptico, hay que ser creyente, hay que creerles a ellos. Sin embargo, tres
veces se menciona la palabra “científicos” o “científicamente”. Mucho hablan de
ciencia, pero ignoran que la base de la
ciencia es el escepticismo. No podemos tomar como cierto todo lo que se nos
dice, sin cuestionar ni dudar nada. Supongo que por fatiga molecular se refiere
a la fatiga de materiales. Es lo que pasa cuando doblamos a un lado y otro un
pedazo de alambre hasta cortarlo. ¿Cómo pudo suceder esto con una chapa supuestamente
casi irrompible? Es más, sólo por tocarla y sacarle fotos.
Si bien Simondini dice que la chapa fue analizada por científicos,
nunca da sus nombres ni instituciones ni se muestran los informes de los
hallazgos. Sólo tenemos su palabra. Menciona a la Fuerza Aérea Uruguaya, pero ¿alguien
de esa institución reconocerá tener nada que ver con la chapa o el Museo? ¿No
sería el INTI el organismo más idóneo para hacer estos análisis y difundirlos
al público? Simondini y el Museo Ovni dicen luchar denodadamente para
que los gobiernos abran o “desclasifiquen” sus archivos sobre avistamientos de
ovnis. ¿Porqué, entonces, conservan tantos secretos? Otra vez, se nos pide
confiar en la palabra de quienes nos aseguran cosas extraordinarias sin dar evidencias
extraordinarias.
Mis conclusiones
Si el Museo Ovni fuera una especie de parque de entretenimientos, me
hubiera gustado bastante. Pero no lo es. Es un lugar donde se nos aseguran como
reales cosas de las que no hay ninguna evidencia comprobable. Se afirma que
estamos siendo visitados desde hace miles de años por seres de otros planetas
(que por motivos desconocidos no se muestran y se dedican a mutilar ganado o
secuestrar personas) y también se nos dice que se avecina un fin del mundo (o
cambio de era) y quienes nos dicen estas cosas no tienen los conocimientos ni
las evidencias necesarios para hacer esas declaraciones. Este no es un parque
de diversiones, es un lugar donde se infunde miedo y angustia a la gente creyente,
a la que sólo le queda seguir pagando la entrada cada tanto para enterarse de
las últimas novedades del Universo. Cuando pase el mes de mayo ya nada haya cambiado, esa gente irá de nuevo al
Museo Ovni para averiguar cuándo tienen que volver a acumular agua y comida
para el próximo fin del mundo (o cambio de era).
Si te interesó el tema:
En el blog del CEA hay varias entradas al respecto.
Alerta religión vió la visita como una "ceremonia ufológica".
De Legos a Logos hizo un informe muy completo, con videos incluidos.
Proyecto Sandía hace un análisis detallado de los fenómenos de avistamientos de ovnis, con posibles explicaciones para muchos de ellos e incluso un "ovni casero".
Realmente descorazonador, dejen de infundir miedo, no sirve de nada.
ResponderEliminarValora en upnews.es: El sábado 14 de enero de 2012, un nutrido grupo de integrantes del Círculo Escéptico Argentino, con representantes de la Ciudad de Buenos Aires y de Rosario, visitamos el Museo Ovni. El mismo está ubicado en la ciudad entrerriana de Victoria...