sábado, 14 de abril de 2012

Ashtiani sigue esperando

Antes de la revolución de 1979, Irán era un país secular que se encontraba bajo un sistema de monarquía absoluta, gobernado por un Sah, o emperador. En la actualidad, es una república islámica y además una teocracia, con un mismo Líder Supremo desde 1989. En ese país, la pena de muerte es legal y se aplica en los siguientes casos: homicidio, violación, adulterio, pedofilia, sodomía, tráfico de drogas, robo armado, secuestro, terrorismo y traición.

Personalmente, estoy en contra de la pena de muerte, pero voy a separar a los motivos citados en dos categorías, a ver si notan algo:

  • homicidio, violación, pedofilia, tráfico de drogas, robo armado, secuestro, terrorismo, traición
  • adulterio, sodomía
Quema de sodomitas en Zürich (D. Schilling)
¿Se nota ahora? El adulterio (meterle los cuernos al marido/esposa -aunque las acusadas son casi siempre mujeres) y la sodomía (cualquier práctica sexual distinta de la "estándar", ya sea entre heterosexuales u homosexuales) pueden llegar a significarles a quienes sean declarados culpables, nada menos que la pena de muerte, al igual que el terrorismo o el homicidio, por ejemplo. Más allá de que puede ser debatible la aplicación de este castigo en los primeros casos, sin duda los segundos no pueden estar nunca en la misma categoría, ya que, para comenzar, no son ni siquiera crímenes. Pero el Islamismo, como casi todas las religiones, es en extremo machista y, si bien la aplicación efectiva de la pena de muerte en estos casos es rara, se han registrado muchos casos de asesinato por honor, llevados a cabo por parientes de mujeres que tengan conductas impropias (muchas veces esto ni siquiera era cierto, sino que eran sospechas o acusaciones, pero no hace ninguna diferencia), como mostrar su rostro o su cabello, tener relaciones sexuales antes del matrimonio o fuera del mismo, tener intención de divorciarse, etc.

En la actualidad, la ley civil y criminal (el Código Penal Islámico) es determinado por el Parlamento Iraní, conocido como Majlis, y debe estar acorde y no contradecir la Ley Sharia, el código moral y ley religiosa del Islam. La ley establece, por ejemplo, una pena de 100 latigazos para los adúlteros no casados, y muerte por lapidación para los casados. Como se exige que haya una confesión o que declaren varios testigos, las convicciones por adulterio son relativamente raras y las penas de muerte no se usan casi nunca, excepto en casos serios como cuando el marido/esposa muere.

Ese fue el caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani. En 2005, su esposo fue asesinado por su primo y ambos fueron arrestados por el homicidio. A ella, además, se la acusó de adulterio. 

El primo fue encontrado culpable del asesinato y sentenciado a muerte. Sin embargo, el hijo de Ashtiani, el familiar más directo de la víctima, optó por hacer uso de una ley que le permite perdonarle la vida al asesino. Éste fue entonces sentenciado a 10 años de prisión, pero aparentemente fue liberado un tiempo después y hoy en día está en libertad.

Valores (La Pulga Snob)
Por el adulterio, del cual Ashtiani se declaró culpable, la corte la sentenció a la pena de 99 latigazos y un año de cárcel. En relación al homicidio, si bien no fue hallada culpable y el homicida fue perdonado, se la acusó de complicidad y perturbar el orden público y se la sentenció a diez años de prisión, que fueron luego reducidos a cinco. Sin embargo, en 2006 fue llevada nuevamente a juicio por el adulterio y sentenciada a muerte por lapidación.
 A raiz de la controversia local e internacional y el reclamo contra las lapidaciones en los primeros años de la república, el gobierno puso una moratoria a esta forma tan terrible de "asesinato legal" en 2002 y desde junio de 2009 el Parlamento está revisando el Código Penal para eliminarla por completo. Claro que esto sólo cambiaría un método por otro, y a Ashtiani le correspondería la horca.

En junio de 2010, sus hijos escribieron una carta dirigida a todo el mundo, pidiendo ayuda para salvar a su madre. Fue publicada por el Comité Internacional contra la Lapidación de Mission Free Iran e inmediatamente atrajo atención mundial al circular masivamente a través de las redes sociales. Hubo protestas en Roma, Londres y Washington, entre otras ciudades, llovieron llamadas de grupos de derechos humanos como Avaaz, Amnesty International y Human Rights Watch y se redactó una petición en apoyo a su liberación. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que pediría al presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, que envíe a Ashtiani a su país, donde se le otorgaría asilo. Los oficiales iraníes respondieron que Lula "no había recibido suficiente información sobre el caso".

En julio, el gobierno iraní prohibió a los periodistas en Irán publicar cualquier detalle del caso. Uno de los abogados de Ashtiani debió huir del país y se encuantra refugiado en Suecia. El 4 de agosto, las autoridades dijeron a su nuevo abogado que Ashtiani sería ahorcada y al hijo le dijeron que el archivo del caso se extravió. Éste dijo que "están mintiendo sobre los cargos contra mi madre. Ella fue absuelta por el asesinato de mi padre pero ahora el gobierno está construyendo su propia historia contra ella."

El 12 de agosto, Aashtiani fue mostrada desde la prisión de Tabriz en un programa de televisión estatal iraní, confesando en azerbaiyano una vez más el adulterio y su relación en el asesinato. Su abogado alegó que fue torturada durante dos días antes de la entrevista. Dado que ya hubo casos de prisioneros políticos confesando en televisión bajo tortura, esto no sería nada raro. El 28 de agosto se notificó a Ashtiani que al amanecer del día siguiente sería ahorcada. Escribió su última voluntad y testamento poco antes de la llamada al rezo matutino, pero la sentencia fue suspendida.

Ashtiani y su hijo durante una entrevista
En medio de todo el asunto, el diario británico The Times publicó una fotografía de Ashtiani sin velo provista por el antiguo abogado. Esto motivó una reacción del gobierno, que bajo el pretexto de que "disemina la corrupción y la indecencia" al aparecer sin velo, la sentenció 99 latigazos. El Times, entonces, dijo que la fotografía no era de Ashtiani, sino de Susan Hejrat, una activista iraní viviendo en Suecia. Si bien los diarios occidentales y testigos que se encontraban en la misma prisión dijeron que la condena se llevó a cabo, la televisión iraní volvió a mostrarla el 15 de septiembre diciendo que no fue así.

En octubre, el hijo de Ashtiani fue arrestado por hablar con dos periodistas alemanes que entraron al país con visas de turistas. El 1º de enero de 2011, salió en televisión admitiendo que no duda de la culpabilidad de su madre, pero pidió a las autoridades iraníes que la dejen vivir. También dijo que es injusto que Teheri esté libre.

Poco tiempo antes, el 8 de septiembre, el vocero del Ministerio de Asuntos Externos de Irán había confirmado que la sentencia de lapidación había sido suspendida hasta una revisión del caso. Igualmente, agregó que ella es culpable de ambos cargos y que el asunto no merece tanta atención internacional. Dijo que dejar asesinos libres no debería ser un asunto de derechos humanos y sugirió que todos los países que critican a Irán liberen a sus asesinos. Lo que el vocero no mencionó, es que el autor material del asesinato fue puesto en libertad al poco tiempo de recibir la condena. Mientras tanto, Ashtiani sigue sin saber cual será su destino.

-Entrevista al hijo de Ashtiani
-Nota sobe la supuesta "confesión"
-Cronología del caso
-Noticias recientes en Amnesty International
-Anatomía de una lapidación

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